Editorial

El informe de inversiones

El informe anual del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre el clima de inversión en el mundo ha causado revuelo en el país, por las consideraciones que en el mismo se exponen sobre este tema en Honduras.

El informe es calificado como “demoledor” por representantes de varios sectores, aunque desde el gobierno hondureño, funcionarios salen a rechazar el contenido del mismo por considerarlo “unilateral, emitido por un Estado sin la autorización de otro” y sobre “análisis basados en informes subjetivos y sin la participación del Estado de Honduras, sustentado en intereses parciales que refleja una visión sesgada que no contribuye a mejorar las relaciones bilaterales”, en palabras del canciller Eduardo Reina. Pero no todo lo señalado es malo.

En el informe también se destacan acciones positivas como la agilización de las operaciones portuarias, la ampliación de empresas en el país, la simplificación de los procesos para montar una empresa y el ambicioso proyecto de un corredor logístico que conecte el Pacífico con el Atlántico por vía ferroviaria.

La verdad es que las consideraciones expuestas en el mismo no son para nada desconocidas por la sociedad y los empresarios que día a día se enfrentan a las barreras señalas en el cuestionado informe, como el engorroso proceso para obtener dólares, los problemas del sector eléctrico, las invasiones, la inseguridad jurídica y la corrupción.

El informe antes de ser satanizado debería servir como insumo para hacer un análisis de los puntos débiles que en el mismo se plantean y buscar superarlos con un tan solo objetivo: atraer nuevos capitales de inversiones nacionales y extranjeras que son necesarios para impulsar el empleo, mejores condiciones de vida para la población e impulsar el desarrollo de la economía. Esa es la tarea pendiente.