El servicio de transporte público en Honduras, pero principalmente en las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula, es un dolor de cabeza constante para los usuarios. El servicio es pésimo.Unidades en malas condiciones, el maltrato a los usuarios y lo más grave, la irresponsabilidad de sus motoristas, protagonistas -en no muy pocas ocasiones- de accidentes con saldos mortales y de heridos, son algunas de las constantes a las que se enfrentan todos los días quienes están obligados a hacer uso del servicio para movilizarse.
Esta semana, y después de muchos años de ofrecimientos de mejoras en el servicio, se ha puesto en marcha un proyecto piloto para la modernización de las unidades en el Distrito Central.
Desde el 8 de abril comenzaron a circular dos unidades en la ruta anillo periférico-UNAH-Sosa-Ulloa-UTH, las que cuentan con cámaras de seguridad enlazadas con el 911 y un centro de monitoreo en las instalaciones policiales de Casamata, botones de pánico, salidas de emergencia, servicio gratuito de wifi y asientos con cinturones de seguridad.Para reforzar la seguridad de los usuarios, los autobuses poseen un lector para el Documento Nacional de Identificación (DNI) o tarjetas de pago electrónico del servicio, entre otras cualidades.
“Son buses de ensueño, si se comparan con las chatarras que están circulando ahora”, comentó uno de los primeros usuarios de las modernas unidades.
Si bien, por ahora, no se tiene definida la fecha en la que comenzarán a reemplazar masivamente las viejas por las nuevas unidades, por primera vez en años, los capitalinos pueden comenzar a soñar con contar con un servicio digno y seguro, aunque queda esperar que el proyecto piloto dé los resultados esperados y los dueños del transporte urbano y el gobierno concreten la idea de modernizar, por fin, el pésimo e inseguro sistema de transporte público con que se cuenta actualmente