La Comisión Interventora del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) ha quedado conformada por Carla Paredes, ministra de Salud, Samuel Zelaya y Marco Destephen.
Los tres personeros fueron designados y juramentados por la presidenta Xiomara Castro, quien les dio el mandato de trabajar durante un año para recuperar la institución en todas sus áreas.
Una tarea sin duda titánica que difícilmente cumplirán, pues los problemas que arrastra el Seguro Social son casi históricos y a pesar de los esfuerzos que se hicieron en el pasado cercano, no lograron enderezar la administración y más bien agudizaron la crisis, que golpea fuerte a los derechohabientes, que cuando llegan a los hospitales en busca de asistencia para sus males de salud, se topan con un doloroso “no hay”, ni médicos suficientes, ni especialistas, ni equipo, ni nada.
Esa deberá ser entonces la primera tarea de los interventores, asegurar una atención digna, humana, para quienes con sus aportaciones sostienen, sin embargo, una sólida burocracia de empleados y activistas políticos que engrosan el sistema al paso de una nueva administración gubernamental.
Los actos de corrupción que han salido a la luz pública y los que se mantienen escondidos todavía deben ser desempolvados y los responsables llevados a los tribunales competentes, porque el que roba o dilapida un centavo destinado a la seguridad social debe ser castigado con todo el peso de la ley, sin importar la bandera política que lo cobije.
Enfrentar todas y cada una de las redes de corrupción que allí operan deberá ser una tarea titánica, si es que los nuevos interventores quieren dar en serio los primeros pasos para poner al Seguro Social en el camino del desarrollo, con el único fin de entregar a los derechohabientes los servicios de calidad que se merecen, caso contrario, será un show más que agravará la crisis existente.