Los avances tecnológicos que marcan el mundo de hoy y que a su vez impulsan la economía, la medicina, la conectividad, que, en resumen, mejoran la calidad de vida de las personas, también traen consigo otros problemas que nos obligan a estar alertas para no ser víctimas de las redes delincuenciales que usan las redes sociales como plataformas para cometer sus fechorías.
EL HERALDO Plus ha publicado ayer un interesante reportaje en el que evidencian el crecimiento de los delitos relacionados con los avances tecnológicos en nuestro país y la forma en que los estafadores los utilizan para hacer caer a sus víctimas.
Las y los hondureños no están exentos de ser víctimas de estas redes y eso lo confirman los datos de la misma Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), que registra las denuncias de 331 personas que mediante mentiras y engaños han sido víctimas de estafas electrónicas entre 2020 y septiembre de 2023.
Seguro que las víctimas son muchas más porque generalmente este tipo de estafas no son denunciadas a las autoridades competentes, lo que al final favorece a los delincuentes, que actúan sabiendo que no será fácil que los detecten y los presenten a la justicia.
Está claro que el desarrollo tecnológico, cuando se utiliza de manera ética y responsable, no es malo, más bien tiene un impacto transformador en todos los aspectos de la sociedad, sin embargo, cuando es utilizado por las bandas de delincuentes internacionales se vuelve un problema que debe enfrentarse desde todos los escenarios posibles.
Los expertos alertan que para las fiestas de Navidad y fin de año este tipo de delitos se incrementan, por lo que todos debemos estar alertas.
No compartir información personal o financiera a través de correos electrónicos no solicitados o enlaces desconocidos es vital.
