En las últimas horas, la población del Distrito Central ha sido testigo de dos incendios forestales, uno en Valle de Ángeles y el otro en Santa Lucía, que son parte, según las estadísticas del Instituto de Conservación Forestal (ICF), de los eventos que con la llegada de la estación seca se registran a nivel nacional con una alta frecuencia.
El ICF registraba hasta el día 3 de abril un total de 219 incendios a nivel nacional, de los cuales 115 son incendios forestales que destruyeron 6,265 hectáreas, y 118 en zacateras, con un saldo de destrucción en 2,304 hectáreas. Del mismo informe se desprende que 29 de esos incendios se registraron en áreas protegidas y otros 49 en microcuencas.
Las consecuencias de estos eventos son devastadoras, resaltando entre ellas la muerte y desaparición de miles de especies animales, la pérdida de biodiversidad, los altos porcentajes de deforestación en las zonas afectadas, la exposición a derrumbes, la mala calidad del aire, la sequía en verano y las inundaciones en invierno, entre otras.
Grave es también que, según las investigaciones preliminares, los incendios en Valle de Ángeles y Santa Lucía podrían haber sido provocados por la mano del hombre. Personal del ICF dijo que trabajan conjuntamente con personal de la Procuraduría General de la República y el Ministerio Público para investigar la causa y el origen de estos fenómenos y llevar a los responsables, si es que los hay, ante la justicia.
Las autoridades encargadas de vigilar, controlar y sofocar estos siniestros están haciendo su trabajo, al igual quienes deben investigar e identificar a los responsables.
Como ciudadanía no podemos ser testigos mudos de estos eventos. Todos debemos tomar conciencia de que la prevención es la mejor estrategia para preservar nuestros recursos naturales y minimizar el impacto de estos siniestros y sus desastrosas consecuencias.