Los médicos residentes y especialistas del Hospital Escuela iniciaron ayer la segunda semana de protestas para exigir al gobierno el pago de salarios atrasados y la renovación de contratos a médicos internos, entre otras demandas.
A pesar del impacto que tienen estas acciones de protestas en la población que demanda la atención de los servicios médicos públicos, las autoridades competentes no dan respuestas, lo que ha agudizado el conflicto.
La paralización de los médicos y la indiferencia de las autoridades sanitarias ha dejado al menos a 30,000 pacientes sin acceso a los servicios médicos que requieren de urgencia, y a otros 200 que se les suspendieron las cirugías selectivas que tenían programadas.
Es una situación grave, es la vida de la gente la que está en riesgo, lo que debería llamar la atención tanto de las autoridades como de los médicos en protesta para buscar una salida rápida a un conflicto que al final del día solo afecta a miles de personas que no cuentan con recursos económicos para buscar atención a sus males de salud en el sector privado, por lo que no pueden ni deben seguir dándole largas a la problemática. Además, se considera que el pago de salarios no debería ser una causal para la paralización de los servicios médicos a nivel nacional, pues se supone que son partidas que están debidamente incluidos en los presupuestos aprobados a la Secretaría de Salud.
Tampoco se debería jugar a la política con estos temas, y esto porque los médicos están denunciando que son presionados a firmar constancias de deducción de un porcentaje de sus salarios para el partido de gobierno y que si no lo hacen les amenazan con suspenderles los contratos laborales.
La población espera que no se le dé más largas a esta problemática y que se den pasos firmes para buscar respuestas a las demandas planteadas antes de que se agudice la crisis, pues los médicos amenazan con una paralización a nivel nacional a partir de mañana.