Editorial

Los resultados de la PAA

Los resultados de la Prueba de Aptitud Académica (PAA) -necesaria para el ingreso a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH)- no sorprendieron a muchos, aunque sí volvieron a poner sobre la mesa de los debates uno de los principales problemas de los y las hondureñas: los bajos rendimientos académicos de sus estudiantes.

Los resultados de las pruebas, más allá de los que están a favor de su aplicación y quienes la consideran excluyente, ponen en evidencia la baja calidad educativa en el nivel medio del país, y son un reflejo de cómo estamos y hacia dónde vamos en esta materia.

Nos evidenciaron un problema que no solo golpea a la escuela pública, sino que también manda a poner las barbas en remojo a un sistema de educación privado que parece haberse dormido en sus laureles, en el que, a lo largo de los años, siguen resaltando los mismos institutos.

Los puntajes entre las instituciones públicas y privadas también quedan expuestos para su análisis por parte de las autoridades educativas.

¿Por qué las instituciones privadas tienen mejores porcentajes que las públicas?, ¿por qué vienen cayendo los porcentajes de aceptación de escuelas como el Centro de Investigación e Innovación Educativas de la UPN?, ¿qué está haciendo bien la escuela pública vs. la escuela privada?, ¿qué están haciendo mal?, y ¿qué se debe hacer para hacerle frente a esta problemática?

Estas no son seguramente las preguntas centrales para un debate profundo sobre la temática, pero sí las consultas básicas para que se comience a generar ese debate.

No solo se trata de abrirle a los jóvenes las opciones educativas que demandan, sino que estas les abran las puertas hacia oportunidades laborales dignas, a trabajos bien remunerados y estables, y, por ende, a soñar con poder romper el círculo de la pobreza en que muchos han nacido y crecido, pues está comprobado que las personas con menor educación tienen menos posibilidades de mejorar a lo largo de sus vidas su situación socioeconómica.