Los embajadores de la Unión Europea en Honduras y la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos han llamado a los hondureños a respetar el papel del Consejo Nacional Electoral (CNE) y de las Fuerzas Armadas, en el camino que el país debe seguir hacia las elecciones generales de noviembre de 2025.
Los planteamientos de estos dos organismos son compartidos por otras instancias nacionales que no dejan de expresar su temor ante posibles intentos de alterar el proceso de elecciones de las nuevas autoridades hondureñas.
Todos estamos de acuerdo que las irregularidades denunciadas tras las elecciones internas con el manejo de la cadena de distribución de material electoral en algunas zonas de Tegucigalpa y San Pedro Sula han generado una pérdida de confianza en el proceso electoral.
Pero tal y como lo expusimos ayer en este mismo espacio editorial, el llamado es a buscar los caminos del diálogo para superar los problemas denunciados, dejando de lado los intereses partidistas y personales que podrían estar en juego.
De allí que deben ser bienvenidos y tomados en consideración los mensajes expresados no solo por los organismos y representantes de la comunidad internacional, sino también por los nacionales que también alzan su voz de preocupación por los hechos ocurridos, a garantizar el proceso respetando la institucionalidad vigente.
Es el momento de permitir al Consejo Nacional Electoral actuar de manera independiente, colegiada y coordinada, sin interferencias externas, incluso de los partidos políticos que promovieron sus nombramientos en los cargos que ostenta.
Garantizar la gobernanza del país, el respeto a la Constitución y las leyes, al Estado de derecho y la democracia, debe ser ahora el norte de toda la hondureñidad.
