Editorial

Merienda escolar y lucha contra la pobreza

Los extremos grados de pobreza que golpean a miles de familias hondureñas que carecen de medios para llevar la comida a sus hogares, es una de las principales causas por las cuales miles de niños y niñas no van a la escuela en Honduras.

La falta de alimentos en la mesa de los hogares hondureños dispara uno de los principales problemas de salud a los que se enfrenta la población: la desnutrición y sus muchas consecuencias.

El Programa de la Merienda Escolar, con una inversión que ya supera los 1,000 millones de lempiras al año, permite entregar arroz, frijoles, harina y aceite a los centros escolares, en los cuales con el apoyo de los padres de familia, quienes a pesar de sus condiciones de pobreza, tienen que buscar la manera de aportar financieramente para elaborar los alimentos.

El menú de la merienda escolar que tiene Honduras no es nutricional, dicen los expertos, pero, al final del día, es la única ración alimenticia para muchos niños y niñas, y, a la vez, el principal incentivo para permanecer en el centro escolar.

Este es un programa con más de 20 años de funcionar en el país, con altos y bajos, pero con muchos retos por delante, retos que deben ser asumidos y liderados, en primer lugar, por quienes en estos momentos administran el Estado, pero con el apoyo decidido de todos los sectores de la sociedad.

Este es un programa con más de 20 años de funcionar en el país, con altos y bajos, pero con muchos retos por delante, los que deben ser impulsados y asumidos por toda la sociedad, porque no se trata de asegurar a los y las niñas de las escuelas públicas de Honduras una ración diaria de comida, se trata de abordar y atacar las causas estructurales de la pobreza desde un enfoque integral y coordinado, que involucre a todos: gobierno, sociedad civil, el sector privado, la cooperación internacional