En medio de la algarabía y los enfrentamientos que suscitan las elecciones internas en el país, son muchos los problemas que los ciudadanos de a pie siguen enfrentando en su día a día, principalmente en áreas tan sensibles como la de la salud.
Aunque sus demandas se ven disminuidas por el ruido de los dirigentes y activistas políticos, quienes acuden a diario a los hospitales públicos, siguen resistiendo el deplorable servicio que estos les prestan cuando acuden en busca de atención a sus males de salud.
Mientras la ministra de Salud anunciaba que junto a su par de Infraestructura irían al Ministerio Público a denunciar al virtual candidato presidencial del Partido Liberal, Salvador Nasralla, por el delito de calumnias y difamación, médicos y pacientes continuaban denunciando la escasez de medicinas e insumos, y otros reclamando el pago de salarios atrasados.
En el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), los problemas siguen sin superarse. No hay citas, no hay medicamentos, muchas máquinas están en mal estado.
La crisis que prometieron comenzar a resolver en 45 días los miembros de la junta interventora de la institución, se ha extendido ya cuatro meses más sin que las respuestas a los problemas que denuncian los derechohabientes tengan respuesta.
No se puede desconocer que los problemas en el sector salud se arrastran desde hace varios años y que las malas administraciones pasadas están pasando factura a las nuevas autoridades.
Pero también es cierto que lo hecho hasta ahora no ha sido suficiente y que los problemas más bien crecen con el paso del tiempo, en detrimento de la salud de millones de hondureños y hondureñas que tienen en el sistema público y el Seguro Social la única puerta para atender sus enfermedades, lo que les obliga a cambiar urgentemente de estrategias.
