La cultura del consumo y el descarte de nuestra sociedad, no obstante la pobreza que afecta a la mayoría, impacta en la generación de basura, que en la capital hondureña alcanza las 800 toneladas diarias.
Si a esto sumamos la ausencia de un plan municipal eficaz en el manejo de residuos, así como la falta de educación y de conciencia de la comunidad, el resultado es una ciudad donde pulula la basura que afea y contamina, así sea el centro de la capital -llamado a ser imán turístico- o la esquina de un edificio escolar.
La frase “la basura de unos es el tesoro de otros” resume nuestra realidad en lo relativo al escaso, casi nulo, provecho que sacamos de algunos residuos, mientras otros países los exportan masivamente, los reutilizan o los transforman, ya sea en energía u otros. De esa manera, no solo se generan fuentes de empleo, sino que se reduce el impacto en el medio, pues el reciclaje tiene beneficios económicos, sociales y ambientales.
Es con ese propósito que EL HERALDO promueve desde 2013 las Escuelas Amigables con el Ambiente, un proyecto dirigido a educar y concienciar a los niños.
Con estas reflexiones queremos destacar una iniciativa que -ya era hora- ha planteado la municipalidad y es la de impulsar en los hogares y comercios capitalinos la clasificación de los desechos. El plan de las autoridades locales es que la ciudad se transforme en un centro piloto para una planta integral de separación de residuos sólidos con el que se evitará, entre otras cosas, el desperdicio que causa no separar la basura.
Para ello se impulsará entre los habitantes de 900 colonias un programa de educación ambiental denominado Recicla2 y se dispondrá en los camiones recolectores de depósitos clasificados para el papel, plástico, latas, vidrio y desechos orgánicos.
Para darle todo el rigor y formalismo, el proyecto será regulado en el Plan de Arbitrios y por medio de un reglamento.
Bienvenida esta nueva etapa que como sociedad emprenderemos para beneficio del ambiente y para un mejor aprovechamiento de recursos. Recordemos que el reciclaje ya no es una opción, sino que se ha convertido en una imperiosa necesidad.
