Las lluvias causan otra vez graves problemas en comunidades de los departamentos de Choluteca y Valle, en la región sur del país. Una vez más, los pobladores de las comunidades afectadas se han visto obligados a abandonar sus viviendas luego que las aguas inundaran sus viviendas y destruyeran sus cultivos.
Incluso, parte de la estructura de una icónica iglesia de la ciudad de Choluteca colapsó producto de las fuertes lluvias que afectan la región.
Los daños son cuantiosos, dicen las autoridades municipales.
La alcaldesa de Concepción de María, Choluteca, dijo en entrevista con periodistas que en su municipio registraba cuatro puentes de hamaca destruidos, casas caídas, carreteras obstruidas por derrumbes y que se estaban quedando sin alimentos. Clamó a las autoridades centrales por apoyo, mientras llamaba a la población a buscar lugares seguros para resguardar sus vidas.
En comunidades de Olancho, en el oriente, y en departamentos del occidente del país, también las lluvias generaban problemas y causaban daños a centenares de familias, que esperaban a la intemperie el cese de las lluvias para regresar a sus hogares y retomar la vida diaria.
La situación de vulnerabilidad en la región sur ha quedado así expuesta una vez más, y con ello la escasa presencia gubernamental con la ejecución de las obras de mitigación que demandan los pobladores de las comunidades afectadas.
Se ha evidenciado una vez más que el país no cuenta con planes y programas sostenidos en el tiempo para impulsar los proyectos de mitigación que se requieren para minimizar los daños cuando las lluvias se intensifican, ni en la zona sur ni a nivel nacional.
La costumbre de llegar a tender la mano al momento de las emergencias sigue siendo, desgraciadamente, la tónica. Hay que cambiar las estrategias.