Celebramos hoy el Día del Padre hondureño, creado para honrar y reconocer la labor, el amor y el compromiso de los padres en la vida de sus hijos y el fortalecimiento de la familia, y a su vez demostrarles nuestro amor, respeto y agradecimiento por su apoyo incondicional en todas y cada una de las etapas de nuestras vidas.
Sabemos que en sociedades como la nuestra, no todas las familias tienen el privilegio de contar con una figura paterna y que son miles los niños y las niñas que crecen sin su apoyo, de la mano de una mujer que echa sobre sus hombros la crianza de sus hijos e hijas.
Pero ello no debe empañar en ningún momento la celebración de este día tan especial para quienes sin importar ningún tipo de sacrificios, dedican su vida entera a ser pilar importante de la familia no solo en el aspecto económico, sino también en brindar amor, educación, valores y protección.
Es un día especial también para valorar a quienes sin ser padres biológicos asumen tales responsabilidades demostrando con ello que la paternidad va más allá de la genética, llámense padrastros, madres o padres adoptivos, abuelos, tíos, hermanos mayores, tutores o incluso amigos cercanos que toman el papel de guía y apoyo.
Es un día, además, que debe servir de reflexión para todos aquellos padres irresponsables que se desentienden de sus hijos e hijas, sin importar la causa, y de muchos otros que estando en el seno familiar se han convertido en verdugos de sus compañeras de hogar, llegando incluso a quitarles la vida, lo que se refleja en los crecientes índices de feminicidios que se registran en nuestro país.
Hoy, quienes tienen a su padre vivo no olviden decirle lo mucho que le quieren, ese es sin duda el mejor regalo, y quienes no, eleven una oración de agradecimiento por lo que hicieron por usted en su paso por la vida.
¡Felicidades a todos los papás de Honduras!