La violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes es un problema que a pesar de afectar a millones de personas en el mundo, y por supuesto en nuestro país, sigue siendo invisibilizado por la sociedad.
Las cifras que se manejan de este delito en Honduras así lo demuestran.
Datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras establecen que en el 2023 se registraron 1,795 evaluaciones médico-legales por denuncias de delitos sexuales, es decir, en promedio 150 casos mensuales, siendo las mujeres las más vulnerables al acumular el 87.5% de las atenciones, y que las niñas y adolescentes de 0 a 17 años acumularon al menos 1,174 casos que representan el 65.4% de las evaluaciones por delito sexual, alcanzando el mayor número de atenciones las niñas entre los 10 y los 14 años con el 42.8% del total de las mujeres.
También se hace referencia que, de las víctimas evaluadas, en cerca del 77% los principales agresores fueron personas conocidas y familiares.
Se estima que los casos que se registran a diario en el país son muchos más de los que se denuncian ante las instancias competentes, por lo que es urgente que se impulsen programas de atención de esta problemática.
Educar a los niños y niñas, a los padres y madres, a la sociedad en general, debería ser prioritario para comenzar a reducir la incidencia de este tipo de abusos.
Este es un problema que tal como lo promueve el Conadeh, no debe pasar desapercibido, y, por el contrario, requiere del compromiso firme y sostenido de todos los sectores de la sociedad para enfrentarlo con efectividad, porque solo mediante una acción conjunta y coordinada se puede lograr un entorno seguro y protector para todos nuestros niños, niñas y adolescentes.
Evitar que un niño, niña o adolescente sufra de violencia sexual, principalmente, porque las secuelas que deja en la persona que lo vive son graves, debe ser prioritario, siempre.