Opinión

El futuro del Golfo de Fonseca

El Golfo de Fonseca es un espacio históricamente marcado por conflictos, acuerdos y tensiones entre El Salvador, Honduras y Nicaragua.

Se avizora con el lanzamiento de la región modelo del Plan de Nación el Golfo de Fonseca un mejor futuro para la región sur de Honduras. El presidente Lobo Sosa tomó la decisión de crear una plataforma de despegue para el desarrollo económico, social y de infraestructura, aprovechando las grandes fortalezas y oportunidades que ofrece la zona sur; como presidente pro témpore del Sica, Lobo Sosa intentará hacer propicio el logro de los acuerdos trinacionales necesarios a fin de que los gobernantes de Honduras, El Salvador y Nicaragua contribuyan al fortalecimiento de la integración centroamericana e inviten a la empresa privada nacional e internacional y a la sociedad civil para que en el Golfo y lugares adyacentes emprendan proyectos productivos.

El Golfo de Fonseca tiene un área marítima de 2,010 kilómetros cuadrados. Incluye 33 islas, de las cuales 25 pertenecen a Honduras y ocho a El Salvador. Está delimitado por 244 kilómetros de costa; de los cuales 122 pertenecen a Honduras (50%), 73 a Nicaragua (30%) y 49 a El Salvador (20%).

El Golfo de Fonseca presenta una elevada biodiversidad y posee la mayor extensión de manglares de toda la costa pacífica centroamericana. En las aguas del Golfo desembocan algunos de los ríos más importantes del istmo: el Goascorán (que atraviesa Honduras y El Salvador), el Nacaome (Honduras), el Choluteca (Honduras) y el Río Negro (que divide Honduras y Nicaragua).

Los departamentos interesados son el de La Unión en El Salvador, el de Chinandega en Nicaragua y los de Valle y Choluteca en Honduras. La superficie terrestre total es de 13,144 km², el 17% de los cuales corresponde a El Salvador, el 45% a Honduras y el 38% a Nicaragua. La población total es de 1,370,000 personas, el 24% de las cuales son salvadoreños, y el 37% nicaragüenses y el 39% hondureños.

La pobreza campea entre los pobladores de las zonas costeras del Golfo y más en el territorio hondureño.

Por su gran potencial, en el Golfo deben investigarse las corrientes y temperaturas marinas; calidad del agua, sedimentación y profundidad; densidad poblacional de especies acuáticas y soporte del porcentaje de pesca por especie; porcentaje de contaminación; especies migratorias a lo interno del golfo y mar abierto; sugerencia de cultivos de especies acuáticas; producción extensiva e intensiva de especies propias del golfo; y estimar por país la carga turística, calidad de vida de sus pobladores, índice de desarrollo humano; contribución de contaminantes por rubro agropecuario según el uso de agroquímicos; contaminación por cenizas a causa de la quema de la caña y producción de la sal; destrucción del manglar, derrame de aceites y combustibles; aguas negras; medidas y recomendaciones.

Además, si se considera la región como un todo, no solo el Golfo de Fonseca, es importante considerar que Choluteca y Valle son ricos en calor, producto de la intensidad de los rayos solares, lo cual es una fortaleza para aprovechar e incursionar en la producción de la energía solar. Otra oportunidad es la producción de energía por medio de la biomasa, para esto se debe cambiar la forma tradicional que se cosecha la caña. Ponerle fin a la quema de los cañales ya que contribuye al calentamiento global, y se utiliza el cogollo de la caña para producir energía. Otra fuente de energía es la marítima y la eólica en las montañas de Moropocay en Valle y el Chinchayote en Choluteca.

En cuanto a infraestructura, es importante la construcción del Proyecto de Desarrollo Agrícola de la Cuenca del Río Choluteca para irrigar más de 40,000 hectáreas, proveer energía y agua para consumo para Tegucigalpa y Choluteca. Construir el puente que una la isla de Amapala con tierra firme y construir su puerto turístico y comercial. Fomentar la industria artesanal del oro con todas las garantías de seguridad ambiental. Construir un acuario es un opción excelente en el Golfo, Al igual que construir un aeropuerto internacional en Jícaro Galán.

El presidente Lobo debería proponer a la ONU que declare El Golfo de Fonseca Patrimonio de la Humanidad y enterrar de una buena vez los mezquinos intereses que han mantenido dormido este gran gigante polo de desarrollo.

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