Cuando hace 70 años el pionero norteamericano Samuel Zemurray decidió fundar un centro para formar expertos que manejen las grandes plantaciones del banano y su exportación, no imaginó que estaba gestando la fundación de la Escuela Agrícola del Zamorano que, hoy en día, se ha constituido en uno de los mejores centros educativos de estudios superiores en el campo de la agricultura, dándole prestigio a Honduras, a Centroamérica y América Latina en su conjunto.
Tanto es así que los países europeos y latinoamericanos envían a sus educandos para nutrirse de la experiencia y del conocimiento que imparte la escuela, bajo el lema “El trabajo todo lo vence”, y con la filosofía educativa “Aprender haciendo”.
Me fue muy grato que el doctor Roberto Cuevas García, rector de la Escuela Agrícola, me concediera el honor de ser el orador principal en la ceremonia de la reciente graduación de 229 nuevos profesionales.
En mi discurso destaqué que el Perú y Honduras profundizaban aún más su amistad y cooperación, por intermedio de la prestigiosa escuela. Allí señalé la trascendencia de la reciente firma del acuerdo por el que, en los próximos cuatro años, el gobierno del Perú otorgará 50 becas anuales a estudiantes peruanos egresados de escuelas públicas, con los más altos calificativos, para que estudien en El Zamorano.
Estas becas serán para realizar estudios en El Zamorano en las especialidades de Ingeniería agronómica (13 plazas), Ingeniería en agroindustria alimentaria (13 plazas), Ingeniería en ambiente y desarrollo (13 plazas) e Ingeniería en administración de agronegocios (11 plazas).
Esta cooperación horizontal entre países en desarrollo refleja la convergencia de intereses mutuos. El Perú, por mejorar la calidad profesional de sus ingenieros agrónomos y, Honduras, por su buena disposición de trasmitir a los jóvenes becarios peruanos los vastos conocimientos y experiencias de sus experimentados profesores agrícolas.
Asimismo, resalté en esta emotiva ceremonia, el reconocimiento del Perú al bien ganado prestigio de que goza este centro de estudios en el mundo académico.
La educación, como concepto filosófico y vital política de Estado, es un asunto de la mayor importancia para toda sociedad, especialmente en los tiempos actuales, donde el avance tecnológico ha elevado el carácter exponencial del conocimiento y ha puesto en la agenda de los jóvenes, la imperiosa necesidad de la especialización y de la actualización permanente.
El fenómeno del Internet y su multiplicidad de variantes, cada vez más sofisticadas, constituyen un verdadero desafío que obliga al ser humano a que opte por la innovación y la búsqueda de la excelencia profesional.
Hoy en día, la América Latina se encuentra en franco proceso de readaptación estructural de su economía, y el sector agrícola juega un verdadero rol en la economía, el comercio internacional y en la inclusión social de nuestras sociedades.
En las actuales circunstancias, el Perú, como todo país en desarrollo, requiere de calificados profesionales que contribuyan con el crecimiento y productividad económica del campo. En los últimos 15 años, mi país, se ha caracterizado por el crecimiento de la exportación de sus productos agroindustriales. Miles y miles de hectáreas desérticas en la costa son irrigadas con aguas provenientes de los ríos de la sierra. Inmensos campos cultivables producen paltas (aguacates), mangos, uvas, alcachofas, espárragos, páprika y otros productos alimenticios, conformando la gran oferta exportable del Perú.
Solo por citar algunos ejemplos, el año pasado las exportaciones de uva y palta (aguacate) constituyeron grandes éxitos en la exportación peruana; en el caso de la uva, esta pasó de 180 millones de dólares en el 2010 a 301 millones de dólares en el 2011; respecto a la palta, pasó de 136 millones de dólares en el 2010 a 263 millones de dólares en el 2011.
Todos estos productos agroindustriales que ofrece el Perú al mundo por su rica biodiversidad se han venido abriendo paso en mercados tan sofisticados y exigentes como los europeos y asiáticos, gracias al desarrollo de una agroindustria tecnificada y con altos estándares de rentabilidad.
El aporte de El Zamorano a la formación de profesionales peruanos resulta indispensable para mi país ya que contribuirán a capacitar a los pequeños agricultores en el sembrío de cultivos de agroexportación, para que puedan obtener mayores ingresos y mejorar su calidad de vida.
Algunos países de América Latina, en la última década, han respondido al desafío que le impone la globalización y la competitividad mundial. Descubren que los mercados libres son los espacios adecuados donde hay demanda para los productos alimenticios de calidad, lo que hace que sus gobiernos prioricen el crédito y la inversión extranjera e interna para promover la producción del campo.
Ante esta promisoria perspectiva, los recién graduados de El Zamorano, entre los que figuran jóvenes de Alemania, Bélgica, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Italia, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana, serán incorporados en sus países de origen o en el exterior a la labor productiva del campo, luego de haber sido formados y capacitados con los avanzados conocimientos y valores panamericanos que se les ha trasmitido.
Por este motivo, me complació acudir a la mencionada ceremonia para felicitar a los graduandos de El Zamorano, en especial a mi compatriota Bessie Doris Díaz Noroña, egresada con el más alto puntaje en la Carrera de Desarrollo Socioeconómico y Ambiente; e invocarles a que tengan confianza en la vida profesional que les espera, especialmente porque, en Honduras y en América Latina, el campo está siendo revalorizado y, la agricultura científica y tecnificada, hace posible lograr el desarrollo socio económico de los países y, de paso, permite incluir a los sectores más pobres y librarlos del hambre que les aqueja.