Opinión

En defensa de nuestro patrimonio

El anuncio de las autoridades del Banco Central de Honduras de que se disponen a vender en subasta pública sus bienes, incluyendo el edificio principal del ente estatal en el casco histórico de Tegucigalpa ha puesto en alerta a personas y entidades, públicas y privadas, que velan por la protección del patrimonio cultural.

Y es que aunque construcciones de mayor valor histórico-arquitectónico, han desaparecido en el centro capitalino y el mencionado edificio del BCH ni siquiera está inventariado como patrimonio nacional, lo cierto es su construcción hace medio siglo no solo marca el ingreso de la arquitectura modernista en la capital sino que también es un punto de partida del proceso de modernización del estado iniciado por el presidente Juan Manuel Gálvez (1949-1954).

A parte de eso, está ubicado en el centro histórico de Tegucigalpa que como un todo fue declarado como bien patrimonial en 1994 y, por lo tanto, bajo la vigilancia del Instituto Hondureño de Antropología e Historia.

El temor es que el edificio caiga en manos de quienes con el paso de los años lo dejen en abandono o lo modifiquen, perdiéndose de esa manera un inmueble que debe formar parte del patrimonio de la sociedad.

Lo ideal es que, como ya lo han señalado varios conocedores, el inmueble sea adquirido por el Congreso Nacional, cuyas autoridades desde hace mucho tiempo habían mostrado interés, ya que eso permitiría ampliar el ya exiguo Palacio Legislativo, uniendo ambos edificios con un puente aéreo y dejando la propiedad siempre en poder del Estado.

Incluso, quizás podría haber un arreglo para que las dos primeras plantas sean utilizadas para instalar los museos, la pinacoteca y la biblioteca del Banco Central de Honduras, a fin de que formen parte integral del circuito cultural del centro histórico. Actualmente están en el edificio anexo de Comayagüela, que también será vendido, y se planea trasladarlas al edificio que se construye en las inmediaciones de la colonia Las Brisas, con una inversión de 50 millones de dólares.

El debate desatado sobre el futuro del edificio del BCH debe ser ampliado a fin de que la preocupación por la conservación de nuestra herencia alcance también a otras edificaciones históricas que están sufriendo deterioro, algunas en manos privadas y otras públicas, como la Antigua Casa Presidencial, cuyas antiguas áreas verdes está abandonadas, lo mismo que la Antigua Penitenciaría Nacional.

Tags: