El departamento de Gracias a Dios, ubicado en el extremo nororiental hondureño, es poseedor de una extraordinaria diversidad humana, botánica, zoológica, paisajística y arqueológica, aún no aprovechada a plenitud para beneficio de sus habitantes y del país.
EL HERALDO se ha propuesto dar a conocer a sus lectores las bellezas y recursos naturales, así como el patrimonio escrito en piedra de esta vasta y aún desconocida e ignota región, poseedora de un pasado remoto aún sumido a mitad del camino entre la historia y la leyenda, ante la ausencia de investigaciones sistemáticas que den a conocer, en toda su importancia, la compleja interacción entre los pueblos ancestrales y sus medio ambientes.
Si anteriormente revelamos la biodiversidad de la Biosfera del Río Plátano, hoy nos propusimos divulgar, con el auxilio de expertos, los tesoros pétreos tallados por sus originales ancestros enlazados con la cultura chibcha. Así como despejar los mitos acumulados en torno a la enigmática y controversial Ciudad Blanca.
El visitante no encontrará un centro urbano semejante a Copán, Macchu Pichu o Teotihuacán, pero sí comprobará la enorme cantidad de vestigios arquitectónicos y escultóricos que dan fe de la existencia de culturas sofisticadas y milenarias que continúan aguardando por el desciframiento de sus orígenes y vinculaciones interculturales.
Varias lecciones se derivan de estos reportajes: la urgencia de preservar los bosques, para impedir que su destrucción signifique la pérdida del equilibrio ecológico, la propagación de enfermedades y la destrucción de un patrimonio vegetal de enorme utilidad para la farmacopea, la alimentación y el turismo.
La necesidad de formar personal nacional especializado en las ramas de las ciencias forestales, geográficas, arqueológicas, para eventualmente contar con una cosmovisión de esa región y sus pobladores.
La posibilidad de crear, sobre bases sustentables, un turismo ecológico interno y externo que genere divisas para los grupos étnicos locales y para la nación.
Estamos seguros de haber contribuido para ir descorriendo los misterios y mitos generados a lo largo de los siglos en torno a La Mosquitia, introduciendo a nuestros lectores en la ecología humana y natural de la zona recuperada.
Este ha sido otro esfuerzo más de este medio de comunicación, en el que se han involucrado tanto reporteros como camarógrafos, a efecto de brindar testimonio de lo recorrido en arduos senderos por selvas y sabanas, todo con el propósito de formar e informar.