En la actualidad vemos como las empresas hondureñas están trabajando aceleradamente para obtener un certificado de responsabilidad social, el cual es emitido por la Fundación Hondureña para la Responsabilidad Social. Loable esfuerzo que debería tener consecuentemente el reconocimiento de todos los actores sociales de Honduras.
Sin embargo, ese camino que han transitado ya varias empresas hondureñas y extranjeras no ha sido objeto de estudio por ninguna institución relacionada a los temas ambientales, laborales, aduaneros y académicos de Honduras, por lo que deviene, medir seriamente cuantitativa y cualitativamente el impacto de la verdadera responsabilidad empresarial social.
Hay aspectos que deben clarificarse para comprender mejor, primero, ¿qué se entiende por responsabilidad social? ¿Qué indicadores sociales se incluyen en esa responsabilidad? ¿Cuál es el grado de satisfacción de los receptores de esa responsabilidad social? Y ¿cuáles son los instrumentos de implementación que tienen las empresas?
En Brasil surgió una empresa de servicios ambientales en los años 90 vendiendo a $8,000.00 y $ 15,000.00 los sellos verdes de responsabilidad ambiental, fue una piñata para los exportadores brasileros, FSC (Forest Stewardship Council), una de las más importantes organizaciones mundiales promotoras del sistema de certificación forestal voluntario, agrupa a las certificadoras que trabajan en los diferentes países alrededor de pautas y procedimientos que se deben implementar para proteger los bosques.) Mientras, en esa misma década, la industria camaricultora de Honduras fue sometida, y hoy ocurre lo mismo, al escrutinio de organismos internacionales como FAO, FDA-USA Greenpeace Internacional y otras ONG ambientalistas de carácter regional que cuestionan sin fundamentos las buenas prácticas de la acuicultura en estanques.
Ahora bien, cuando consultamos el concepto “social”, encontramos que del latín sociālis, social es aquello perteneciente o relativo a la sociedad.
Distintos conceptos se adornan con la palabra social; ejemplo de ello vemos gafetes con títulos de “asistente social”, en el área contables, leemos “capital social”, en los tratados de sociología nos encontramos con los términos de “clase social” e igualmente hacemos distinciones de solidaridad humana usando una obra o acción con la palabra “social”.
Por último, en los códigos de comercio, se menciona la razón “social”, que es el nombre por el cual se conoce una empresa de forma colectiva, anónima o comanditaria.
Ante ese uso no reparado de la palabra “social”, nos vamos directo a consultar a la misión que la Fuhndarse, pregona en su portal, que “son agente de cambio en el clima de los negocios, y están comprometidos a promover sistemáticamente la responsabilidad social empresarial como herramienta estratégica de la gerencia, en virtud de que cumple dos metas fundamentales: garantizar el crecimiento sostenible de las empresas y consolidar la paz de las naciones al promover la prosperidad económica, el desarrollo social, el bienestar de la comunidad, la equidad laboral y el respeto al medio ambiente”.
Si la responsabilidad social empresarial es una herramienta estratégica de la gerencia, entonces pierde la naturaleza colectiva y la interacción con sus vecinos. No es reparando aulas de clases, centros de salud y mobiliario escolar o pintando murales que la empresa se le denomina responsable socialmente.
Ser responsable socialmente va mas allá de las simples obras de infraestructura, es una responsabilidad que tiene la empresa con la sociedad en su conjunto, con los procesos limpios en producción y comercialización, remuneración justa con desarrollo integral de sus trabajadores, ética ambiental, pago de impuestos, crecimiento y desarrollo comunitario autosostenible y competencia leal en los mercados nacionales e internacionales.
En Honduras, con solo 100 empresas verdaderamente responsables socialmente se haría la diferencia frente a las voces refundacionistas y frente a los políticos de poca monta que todavía creen que el pueblo es ingenuo y que siempre tropieza con la misma piedra.