Localizado entre los departamentos de Comayagua, Cortés y Santa Bárbara, el Lago de Yojoa es el único lago de origen volcánico de Honduras
y la mayor reserva de agua dulce con la que cuenta el país. Con sus 16 kilómetros de longitud y 28 metros de profundidad, el Lago de Yojoa es una puerta abierta a la aventura y la exploración.
Es un lago natural, rodeado por impresionantes y majestuosas montañas que alcanzan alturas de 2,600 metros sobre el nivel del mar, las cuales albergan a dos de los más importantes parques nacionales de Honduras: a) El Parque Nacional Cerro Azul Meámbar, el cual se encuentra dentro de las 30 áreas más importantes del país; estas tres áreas forman un corredor que bien podría cambiarse de categoría debido a su importancia e interconexión. B) El Parque Nacional de Santa Bárbara, un área de alta prioridad ya que posee tres ecosistemas únicos en el país y es la montaña caliza más alta de Centroamérica.
En sus montañas se gesta una buena parte del agua que lo nutre. La combinación de vegetación y la abundancia de agua en esta zona han generado una biodiversidad difícil de igualar en el mundo.
Con su diversidad de ecosistemas, el lago provee hábitats a una amplia diversidad de aves y anfibios. Su importancia radica en que sus aguas son utilizadas para la producción hidroeléctrica y riego, además posee un alto potencial turístico y es la base de la pesca industrial y artesanal, fuente de ingresos para los habitantes locales y del país. Sus bosques remanentes son ecosistemas que juegan un papel clave en la hidrología del lago. Dada la variabilidad en altitud y formación geológica, el área tributaria del Lago de Yojoa tiene una importante diversidad de ecosistemas y especies.
Su área circundante es todo un paraíso en el que conviven cerca de 400 especies de aves y 800 especies de plantas. Las costas y riberas del lago ofrecen condiciones ideales para el cultivo del café, por lo que existen allí múltiples fincas. Otra actividad que es propia de la región es la venta de pescado crudo.
En la actualidad, miles de personas viven todavía directamente del lago merced a la pesca, que ofrece una irresistible oferta gastronómica: detenerse en este lugar a comer un pescado frito es una arraigada costumbre de casi todos los hondureños. También se cultivan flores exóticas para exportación y otros productos tradicionales.
La riqueza del Lago de Yojoa viene de tiempos inmemoriales. En las cercanías del lago encontramos: Las Cuevas de Taulabé, a tan solo 20 kilómetros al sur del lago; las Cataratas de Pullapanzak, a solo 17 kilómetros y el Parque Eco Arqueológico Los Naranjos, el cual es probablemente la ciudad precolombina más grande de Honduras después de Copán.
A todo lo anterior sumamos que el Lago de Yojoa fue declarado zona RAMSAR debido a la riqueza humedal que encontramos en la zona; también se debe sumar su valor como banco genético y las enormes posibilidades farmacéuticas que pueden proporcionar tantas especies de plantas.
Es imposible dejar de mencionar el increíble valor escénico que tiene el único lago de todo Honduras. Un verdadero regalo de la naturaleza.
El lago es un extraordinario escenario, listo para recibir a los verdaderos aventureros. Un sitio más que ideal para realizar ecoturismo, turismo de aventura, observación de aves, turismo de congreso y convenciones, educativo, científico, cultural, religioso, rural, arqueológico, agroturismo, observación de flora y fauna y por último, exploración industrial.
Con sus aguas calmas el sitio es más que ideal para la pesca y navegación; en sus orillas, una rica avifauna convierte al sitio en un “hot spot” para los amantes de las aves. O si su deseo es relajarse con su familia y amigos, puede elegir disfrutar de los hermosos paisajes que le ofrece este sitio, ya sea caminando o desde la comodidad de una hamaca, o si prefiere una actividad más dinámica puede optar por un recorrido en lancha explorando las bondades de este hermoso lugar. Sus pocos pero buenos hoteles generan el espacio adecuado para permanecer en este bello lugar unos días.
El lugar es ideal para relajarse, descansar y disfrutar de un agradable momento con sus seres más cercanos a solo unos cuantos kilómetros de Tegucigalpa.
No puede perderse este paraíso natural que lo espera con sus múltiples actividades.