Preocupa la falta de propuestas concretas de los aspirantes a gobernar este país en crisis que lo único que garantizan es su descalificación política.
Nos atiborran de espejitos como cuando los conquistadores a cambio de ellos nos robaron la plata y el oro. Los políticos son profesionales en el embuste aunque no nos guste. Usan el poder sin convencer en un remedo sadomasoquista como si fuera gratificante quejarse de no tener y no hacer para comer mientras los mismos que hoy desean refundir el país con una constituyente como si fuera reconstituyente, ayer se hartaron de corrupción terminando con la ayuda para reducir la pobreza.
Lo mismo dijeron cuando querían gobernar y hoy repiten para continuar su enriquecimiento ilícito que por el contubernio entre los mismos, jamás entrarán a una cárcel ni para visita conyugal.
El pueblo burlado se muere por inanición por la inacción de los mismos que le ofrecieron lo que sabemos nunca cumplen. Mismos falaces.
En esta época preelectoral dan la pauta de lo que será la verdadera contienda. Están enfrascados en desprestigiarse entre sí. Se trata de despellejar al contrincante, de molerlo a golpes bajos, ofendiéndose sin remordimiento y sobre todo sin ética y menos moral política, que es lo que deberían demostrar para ser opción para el futuro gobierno.
Se destapan en tapazos, se injurian acusándose sin temor y deshonor. No se respetan ni nos respetan. Jalan adeptos para su descrédito y nos dejan en total sequía intelectual. Es terrible el espectáculo, dimes y diretes, al cual peor, sin altura cívica antes bien con mucha bajura que entristece al inteligente y envilece al indiferente que le encanta el palenque vulgar e impopular. Ayer pidiendo el voto por voto hoy el voto por otro. Misma indignidad.
En lugar de distraernos es alarmante que no propongan con seriedad qué harían para disminuir la delincuencia traducida en violencia, asesinatos, secuestros, sobornos y otros ilícitos. Cómo van a lograr que los maestros por fin trabajen sin perjudicar a la niñez que crece en la ignorancia y la ignominia. En Salud deben comprar insumos y medicamentos sin la transparencia corrupta actual que a nadie engaña. Si las carreteras y otras redes de comunicación son pésimas por el latrocinio reconocido deben decirnos cómo y cuándo actuarán. ¿Cómo evitarán la creciente migración? ¿Y el descalabro financiero por mala administración y corrupción actual? ¿Pueden garantizar empleos si la inseguridad jurídica espanta empresarios y el gobierno es un mal empleador y generador de trabajo? Si son probos, unos probados y otros por probarse, seguro ya tienen en la mira a los delincuentes públicos y privados que han empobrecido a esta Honduras sin reparar el daño inmenso que con su delito le han propinado al futuro del país que ellos llaman juventud. ¿Encarcelarán a sus correligionarios y parientes sin temor a que hablen de colusión? ¿Recuperarán lo robado? ¿Nombrarán diplomáticos de carrera para no vulgarizar más el desprestigiado servicio exterior? ¿Seguiremos igual?
Mil problemas y otras mil prioridades nos importan, no lo mismo que dicen los mismos.