El Congreso Nacional recién ha aprobado el Decreto No. 106-2.02, publicado en La Gaceta del 14 de septiembre de 2012, el que establece el 29 de octubre de cada año como el Día de la Etnia China en Honduras; la justificación para esa decisión la sintetizan los respectivos
Considerandos: “Que la etnia china a través de sus inmigrantes se ha integrado exitosamente en los diferentes estratos de nuestra sociedad, trayendo consigo múltiples aportes a nuestra vida nacional… la gran relevancia de la etnia china y su cultura en Honduras, así como de su exitosa y provechosa integración en la cultura hondureña, al igual que la valiosa contribución al desarrollo que implican sus valores…”.
Esta legislación refleja un hecho real: nuestro país es, simultáneamente, multicultural y plurirracial, por cuanto en su población, mayoritariamente ladina o mestiza -en sus diferentes combinaciones-, conviven compatriotas cuyos ancestros provienen del Medio Oriente, Europa, África, Asia.
De hecho, también los primeros y originarios hondureños -los grupos indígenas o aborígenes-, encuentran su tronco ancestral en los migrantes que en la Era Glacial partieron de Asia, cruzaron el puente congelado posteriormente conocido como Estrecho de Behring y se internaron, sin saberlo, en otro continente, después bautizado como América, Hemisferio Occidental o Nuevo Mundo.
Honduras puede ser designado como el país arcoíris por la múltiple pigmentación epidérmica de sus habitantes: cobriza, blanca, negra, amarilla, y sus expresiones culturales que van desde la raíz autóctona: lenca, pech, tol, chortí, sumo, hasta las de origen yoruba y Caribe, pasando por las que encuentran su fuente en las tradiciones judeocristianas y confucianas.
Las y los compatriotas de descendencia china han sobresalido en distintos campos: comercial, profesional e industrial, gracias a su disciplina, perseverancia, iniciativa y a las redes de apoyo recíproco que brindan respaldo a los novísimos inmigrantes, procedentes, sobre todo, de la costa meridional de China continental.
Una lectura casual del directorio telefónico, desde la A a la Z, detecta apellidos chinos, al igual que árabes, alemanes, ingleses, franceses, italianos, búlgaros, vascos, griegos y garífunas, confirmando la diversidad de procedencias lingüísticas y geográficas.
No es aventurado conjeturar que, en la medida que China y Taiwán se proyecten más en el istmo, crecerá el flujo humano proveniente de esas naciones, en plena expansión económica globalizante.
El nuevo Censo de Población y Vivienda, ya iniciado por el INE, ¿incluirá la variable étnica en sus análisis demográficos? De implementarla, ello permitirá conocer las modificaciones ocurridas en la última década en materia racial.