Desde tiempos inmemoriales, tener barba se ha considerado un signo de virilidad, fuerza y sabiduría.
Los hombres prehistóricos se dejaban crecer la barba con el fin de protegerse y de mantener la piel tibia, así como con muchos otros propósitos. Más adelante, aún en tiempos antiguos, las barbas tenían un poderoso significado cultural, por lo que eliminarlas era una forma de infligir un castigo y por ende, una inmensa desgracia.
No obstante, cuando Alejandro Magno dominó en el viejo mundo (alrededor del año ir 345 a.C.), ordenó que todos sus soldados debían afeitarse por completo, preocupado por que los enemigos pudieran tomarlos por las barbas durante la batalla.
Desde ese momento hasta ahora, la aceptación de las barbas en la sociedad ha fluctuado mucho, lo que las ha llevado a ser el estilo del momento lo mismo que a desaparecer del mapa.
En los años recientes, las barbas han regresado para pelear su lugar en la historia, sin embargo, no todos los caballeros pueden unirse a sus fuerzas.
Y es que sucede que algunos hombres simplemente no pueden tener barbas espesas, no importa cuánto lo intenten. Ellos tienen lo que se conoce como “el síndrome de la perpetua cara de bebé”, que aunque no es una condición médica real, muchos caballeros de veras sufren por ella.
La barba es producida por un químico conocido como dihidrotestosterona, que es una forma sintetizada de testosterona — la hormona que estimula el desarrollo del hombre junto con sus características sexuales.
La habilidad para crecer una barba copiosa es dictada por la manera en que el cuerpo del hombre reacciona ante la testosterona.
En general, la mayoría de los hombres tienen aproximadamente el mismo nivel de testosterona en sus sistemas, pero como lo pone en evidencia el New York Times, los hombres que pueden desarrollar barbas espesas son más sensibles o responden mejor a la testosterona que aquellos con “perpetua cara de bebé”.
En otras palabras, la capacidad de crecer una barba espesa no tiene nada que ver con la virilidad y ni siquiera con los niveles de testosterona en el cuerpo, ya que todo se debe a la genética. Así que reclámale a mamá y papá, que ellos son los responsables de tu cara de niño.
Como lo decíamos, este asunto no es una condición médica y además no hay nada que se pueda hacer al respecto. Los doctores por su parte, advierten que no es recomendable aplicar un tratamiento debido a los terribles efectos secundarios que pueden resultar como son el acné quístico que produce cicatrices, la calvicie y los problemas del hígado.
Ante todo esto, hay que considerar que de hecho, los hombres que son más sensible a la testosterona, también son más propensos a la calvicie.
De manera que si en este momento te encuentras rodeado hipsters barbones y entonces te sientes un poco cohibido, seguramente te sentirás reconfortado al saber que al menos podrás conservar el pelo en la cabeza con el paso de los años.
Si por el contrario, te quedas calvo antes de tiempo, seguramente podrás seguir luciendo esa barba abundante que todos envidian.
Al fin y al cabo, lo que importa es lo que está adentro ¿cierto?