Sus nombres son peculiares, pero son fenómenos climáticos responsables de desastres y calamidades, uno opuesto del otro.
Mientras El Niño provoca sequia, La Niña es todo lo contrario y genera exceso de lluvia, trayendo consigo mismo ciclones o huracanes en zonas específicas como Centroamérica.
La Oscilación Sur o mejor conocida como El Niño es un patrón climático recurrente que implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico que afecta con mayor énfasis a América del Sur y las zonas entre Indonesia y Australia.
Esta anomalía oceanográfica y meteorológica no solamente se le conoce por la aparición de corrientes oceánicas cálidas en las costa de América, sino a la alteración del sistema global océano-atmósfera que se origina en el océano Pacífico Ecuatorial -es decir, en una franja oceánica cercana al Ecuador-, generalmente durante un período comprendido entre diciembre y marzo.
No obstante, su contraparte -La Niña- surge cuando existe un régimen de vientos alisios fuertes desde el oeste, las temperaturas ecuatoriales disminuyen y comienza la fase fría.
A este fenómeno se le denomina también 'El Viejo' o 'El Anti-niño', el cual puede durar de nueve meses a tres años.
En este video se explica la formación de estas anomalias que forman parte de un ciclo natural global del clima: