Tegucigalpa, Honduras
La ingesta de alcohol y la imprudencia de don Bernando Maradiaga Ordoñez de 69 años le trajo un desenlace fatal y dejó luto en su familia.
El sábado a tempranas horas de la mañana, su compañera de hogar desde hace 45 años le advirtió que no saliera de su casa por un sueño y mal presentimiento que había tenido.
'Yo le dije que no saliera, que mirara como estaba el clima pero él me dijo que tenía que ir a ver a su papá y se fue, aunque yo sabía que iba a regresar tomado, porque siempre lo hacía', recuerda entre lágrimas doña María Victoria Amador de 70 años.
La señora recuerda que cuando comenzó la lluvia sólo recordó a su esposo y sintió que el cuerpo se le estremeció.
'A los pocos minutos una vecina me vino a decir que la corriente lo había arrastrado y allí yo confirme el presentimiento que tenía y la manera en la que me había estremecido' declara la viuda.
La pareja había procreado cinco hijos, solo cuatro sobreviven.
La ingesta de alcohol y la imprudencia de don Bernando Maradiaga Ordoñez de 69 años le trajo un desenlace fatal y dejó luto en su familia.
El sábado a tempranas horas de la mañana, su compañera de hogar desde hace 45 años le advirtió que no saliera de su casa por un sueño y mal presentimiento que había tenido.
'Yo le dije que no saliera, que mirara como estaba el clima pero él me dijo que tenía que ir a ver a su papá y se fue, aunque yo sabía que iba a regresar tomado, porque siempre lo hacía', recuerda entre lágrimas doña María Victoria Amador de 70 años.
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La señora recuerda que cuando comenzó la lluvia sólo recordó a su esposo y sintió que el cuerpo se le estremeció.
'A los pocos minutos una vecina me vino a decir que la corriente lo había arrastrado y allí yo confirme el presentimiento que tenía y la manera en la que me había estremecido' declara la viuda.
La pareja había procreado cinco hijos, solo cuatro sobreviven.
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