Honduras

Tras 140 años, el Correo Nacional se resiste al olvido

Vigencia La Industria Postal y Correos de Honduras se mantiene operando en el país con aportes del gobierno y parte de las ganancias que genera con los servicios que presta. La gente sigue enviando cartas, pero en menor cantidad

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28.07.2017

Tegucigalpa, Honduras
Más de 60 años han pasado desde que Gilberto Flores miraba con entusiasmo salir una mula cargada con bolsas llenas de cartas y paquetes hacia las diferentes aldeas del departamento de su natal Colón.

El animal era dirigido por un cartero del Correo Nacional de Honduras, que en aquel entonces fue el medio de comunicación más utilizado entre los hondureños para mantenerse en contacto.

Dentro del bulto de sobres iba la carta de Flores, escrita de su puño y letra para su amada novia, quien la leería 24 horas después, aunque la espera de la respuesta era larga, ya que el ansioso enamorado tenía que esperar 15 días, que era lo que se tardaban los carteros en hacer su nueva visita.


“Viví en una época donde el Correo Nacional era la única forma de comunicarse con la familia o los amigos que estaban lejos y era el método más rápido”, recordó a sus 81 años Gilberto Flores al ser abordado por EL HERALDO en las históricas oficinas del correo, ubicadas a pocos pasos del final de la peatonal en el centro de Tegucigalpa.

El maestro de profesión reseñó que entre los años 50 y 60 esta institución le entregaba la suscripción de los diarios que circulaban en la época y recibía 15 ejemplares de un solo, porque cada 15 días llegaban las encomiendas de Tegucigalpa a Colón.

Ya han pasado 140 años desde que el presidente Marco Aurelio Soto estableciera en 1877 la empresa Correos de Honduras para el envío de mensajes y paquetes, luego, en 1879, el país pasó a formar parte de la Unión Postal Universal (UPU).

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Tecnología
Durante el siglo XX, el Correo Nacional se volvió más inmediato al iniciar en 1920 el correo aéreo, para 1926 Honduras ya formaba parte de la Unión Postal de las Américas, España y Portugal; después, en 1993, pasó de llamarse Dirección General de Correos a Empresa de Correos de Honduras (Honducor), ahora Industria Postal y Correos de Honduras.

A la par del correo surgieron en Honduras el telégrafo, luego la telefonía fija y la radio como nuevas tecnologías, provocando que algunos de los mensajes se volvieran más instantáneos. Parte de las cartas de amor, saludos y mensajes familiares pasaron a los servicios sociales de las radios, pero no lograron desplazar del todo al correo debido a la baja cobertura que tenían estos medios en aquellos tiempos.

Ya en el siglo XXI, el mercado de telefonía móvil e Internet cobró mucha más fuerza en Honduras, dándole un golpe al Correo Nacional, porque la gente dejó de utilizar como medio de comunicación la carta para comunicarse de forma instantánea por correo electrónico y teléfono móvil.

Para muchos, Honducor no iba a soportar los cambios tecnológicos, sin embargo, en la actualidad se mantiene vigente, con aportes del Gobierno y sus ganancias, teniendo como principal fuente de ingresos y servicio el envío de paquetes postales, que corresponde al 70% de sus operaciones.

Aun así las cartas no han desaparecido por completo. Solo para el Distrito Central Honducor tiene 26 carteros, 20 andan en motocicleta y seis son peatones, a quienes no les importa arriesgar el pellejo con tal de que la encomienda llegue a su destino.

Significado
Armando Cáceres llegó a los 17 años a trabajar al Correo Nacional, hoy con 35 años de prestar sus servicios como cartero y ahora jefe de Distribución, recordó que todavía en los años 80 la cantidad de correspondencia era grande.

En aquellos tiempos, cada cartero salía con 300 cartas o paquetes, pero el radio de reparto era más reducido, y el área que cubrían tres carteros anteriormente, ahora solo la hace uno, porque solo llevan alrededor de 150 paquetes.

Una carta puede tener gran significado para quien la recibe, reflexionó el funcionario, narrando que una vez anduvo buscando a una señora en la colonia San Buenaventura, al noroeste de la capital, hasta que de tanto preguntar la encontró debido a que la dirección no estaba completa.

A la mujer se le había ido una hija para Estados Unidos desde hacía diez años y no sabía nada de ella, incluso pensaba que estaba muerta y ya le había rezado, pero cuando escuchó el nombre de quien le mandaba la carta, se puso a llorar de alegría al recibir una señal de vida de su hija.

“No es fácil ser cartero, porque se tienen que conocer las rutas, uno puede saber dónde está la colonia, pero se necesita saber las avenidas y las calles, además hay que ir a colonias peligrosas”, dijo.

“Una vez me balearon, me robaron la correspondencia junto a la motocicleta en el anexo del Banco Central en Comayagüela y lo mismo les ha pasado a muchos carteros”, contó Cáceres.

Paquetes
Actualmente siguen llegando cartas, algunas son de hondureños recluidos en centros penitenciarios de Estados Unidos y Europa. Estos colocan notas rogando que las hagan llegar y por eso los carteros se meten a zonas peligrosas, donde los reciben con escopeta en mano.

Otro grupo de hondureños que también vive en Estados Unidos y otros países como España, Italia y China son los que a diario envían paquetes.

Geovanny Erazo, supervisor del área de Operaciones, explicó que a diario reciben entre 100 y 200 despachos, es decir, sacos o cajas donde vienen alrededor 20 mil envíos de diferentes tipos de paquetería que se deben distribuir a nivel nacional. Además, los correos que llegan de las diferentes agencias distribuidas en el país, que también se mueven todos los días, ya que los hondureños mandan al exterior entre 40 y 50 despachos diarios en sacos que pesan entre 25 a 30 kilos.

Según Erazo, el 70% del total de encomiendas que mueve Honducor a diario son paquetes que llegan de diferentes lados del mundo y el 30% son cartas y documentos.

Los hondureños envían más productos comestibles, repuestos de vehículos, aparatos tecnológicos y ropa, los que se entregan en un tiempo máximo de seis días, aunque esto puede variar de acuerdo al pago del ciudadano.

Por ejemplo, el Servicio de Mensajería Internacional (EMS) y el Certificado Internacional es más rápido y seguro que el correo tradicional, no obstante, los precios son mucho menores en este último, puesto que los primeros cobran entre 3,000 y 4,000 lempiras por carta, mientras que en el correo los precios oscilan entre los 40 y 50 lempiras

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