TEGUCIGALPA, HONDURAS
Alrededor de 206 millones de lempiras (8.7 millones de dólares) ha gastado la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) en un proyecto de irrigación del valle de Jamastrán en el que no se ha colocado ni un metro de manguera.
Esta cantidad de dinero, según informes de cartera de la Secretaría de Finanzas, se le desembolsó -entre 2016 y 2017- a la empresa de la india Apollo International Limited, a quien la Secretaría de Agricultura le adjudicó el contrato de riego.
Ahora, semejante cantidad de fondos entregados no se sabe adónde ha ido a parar. Incluso hasta los documentos del proyecto misteriosamente desaparecieron de la SAG y actualmente se trabaja en reconstruir el expediente. En la medida se profundiza sobre este aspecto, esta Secretaría se vuelve una verdadera caja de Pandora con muchas sorpresas en su interior.
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Los recursos antes mencionados provienen de un préstamo de 26,500,000 dólares (unos 630 millones de lempiras) que el gobierno contrajo el 15 de enero de 2014 con el Export Import Bank Of India (Exim Bank) para el Proyecto de Desarrollo Agrícola Bajo Riego del Valle de Jamastrán, Fase I. El 23 de septiembre de 2015, la SAG, luego de una licitación pública internacional cuestionada por su falta de transparencia, le designó el proyecto de irrigación por un valor de 22,514,340 dólares a la empresa Apollo International para que lo realice bajo la modalidad de “contrato llave en mano”.
Se estableció que el resto del empréstito -cuatro millones de dólares- se destinaría para la capacitación de los productores, al montaje de un centro de acopio y para planes de negocios, entre otras promesas. Sin embargo, a pesar de que ya se gastó el 32.8% del total del préstamo y el 38.7% del monto que ofertó la empresa Apollo International, en el campo todavía no hay ningún beneficiado.
Lo único que actualmente pueden ver los productores de la millonaria inversión gubernamental en ese sector son dos estacas pintadas de rojo en una propiedad privada, donde se les ha dicho que se podría instalar un reservorio de agua para irrigar unas 700 hectáreas.
Además de eso, en la comunidad de El Empalme los agricultores contemplan con indignación cómo se está deteriorando, al aire libre y en medio de la maleza, una considerable cantidad de mangueras y tubines, dos compresores y dos perforadoras de pozos que la empresa contratada fue a tirar en el predio de la Central de Caja Rural (Cecrucso).
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El material de plástico llegó al Puerto de Henecán, ubicado en San Lorenzo, Valle, a mediados del año pasado; mientras que el equipo industrial -las perforadoras y los compresores- llegaron a Puerto Cortés, todo vino en 50 contenedores.
A pesar de que el contrato que se le adjudicó a la empresa Apollo International es “llave en mano”, extrañamente el gobierno tuvo que pagar el desaduanaje de 48 de los contenedores y para ello se usaron 20,000,000 de lempiras que la Secretaría de Finanzas tenía destinados para un proyecto de catastro en Danlí.
Actualmente, dos contenedores en los que vienen dos grúas y un montacargas, por un valor aproximado a los 42,000 dólares, todavía están en Puerto Cortés. Para sacarlos de la aduana se tiene que pagar una multa de 92,000 dólares. O sea que el recargo duplica el precio del equipo.
Opacidad
La transparencia en el proceso de licitación y adjudicación del millonario proyecto de riego fue cuestionada desde el momento de la apertura de las ofertas.
Los fondos para esta obra provienen de una línea de crédito de 26,500,000 dólares que el 15 de enero de 2014 el gobierno firmó con el Export Import Bank of India. El 11 de marzo de 2015, el Congreso Nacional mediante decreto 14-2014 aprobó el contrato de préstamo. El decreto se publicó en La Gaceta el 15 de mayo de 2015.
206 millones de lempirasHa gastado el SAG en el proyecto |
El objetivo del proyecto, según el contrato aprobado, “es modernizar y aumentar la eficiencia de la agricultura del valle de Jamastrán a fin de lograr y mejorar el ingreso de los productores, asimismo contribuir a la seguridad alimentaria, bajar los niveles de dependencia de importación de alimentos, generar fuentes de empleo y contribuir al mejoramiento del nivel de vida de la población en el área rural”, sin embargo, en la realidad, en el campo, eso se ve lejano y difícil.
De acuerdo con el artículo 3 del decreto legislativo 14-2014, el Gobierno de Honduras debía llevar un proceso de licitación justo y transparente para seleccionar al proveedor que ejecutaría el contrato. Además en el anexo uno del decreto se estableció que el proceso de licitación estaría restringido únicamente a compañías registradas en la India.
El 15 de junio de 2015, la SAG realizó la invitación a participar en la Licitación Pública Internacional LPI-01-2015. Se pidió que las ofertas -en inglés- se enviaran en sobres sellados antes del 14 de agosto. Antes de la presentación de las ofertas, el 17 de julio de 2015, los interesados realizaron una visita al Valle de Jamastrán.
El 14 de agosto de 2015, en la sala de juntas de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, a las 10:30 de la mañana se abrieron las propuestas de las compañías indias: Jain Irrigation Systems Ltd, Apollo International Limited, Wapcos Limited y Angelique International Limited, pero inexplicablemente no se leyeron las ofertas.
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Sin dar a conocer las ofertas presentadas, el 23 de septiembre, un Comité de Evaluación elaboró el documento de recomendación y se resolvió mediante la resolución SAG-1864 adjudicarle el proyecto de riego “llave en mano de estaciones de bombeo y riego, destinado al desarrollo del proyecto agrícola, ubicado en el valle de Jamastrán” a la empresa Apollo International, que presentó una oferta de 22,514,340 dólares.
Fue hasta después que se adjudicó el contrato que se conoció que Angelique International ofertó 22,832,736 dólares, Jain Irrigation Systems 24,580,972.70 dólares y Wapcos Limited de 27,561,689.80 dólares.
A pesar de que el riego del valle de Jamastrán es un proyecto millonario, la SAG nunca contrató a una empresa supervisora.
Ahora que ya se han gastado 8.7 millones de dólares, equivalentes a unos 206 millones de lempiras, resulta que el presupuesto que ofertó y se le aprobó a la compañía Apollo International no ajusta para ejecutar la obra, y aunque se le realizó un rediseño que reduce el proyecto de riego, el dinero tampoco ajusta.
La obra cada vez se hace más pequeña, pero ilógicamente los costos se elevan y para cubrirlos se le aprobó un adéndum al contrato mediante el cual se le otorgan otros $4 millones, equivalentes a unos 96 millones de lempiras. EL HERALDO intentó conocer la versión de Mohammad Hussain, ejecutivo de Apollo International, sin embargo, no contestó las preguntas.