COMAYAGUA, HONDURAS.- Las adaptaciones de nuevos cultivos agrícolas como frutas tropicales exóticas y vegetales orientales que no son tradicionales han ganado mucho terreno en la zona central del país.
Cada año son más los productores que se animan a sembrar cundeamor, berenjena china, thai, cebollinas, chive, pepinos amargos, peludos y ocras chinas con fines comerciales y de
subsistencia.
Asimismo, en las planicies del valle de Comayagua se observan extensas plantaciones de melón chino, bananos thai, pitahaya -también conocida como fruta dragón por su peculiar forma-, guayaba y yuyuga taiwanesa, entre otros.
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Según los expertos, todos estos vegetales y frutas raras pero sabrosas se adaptan a climas tropicales de hasta 1,100 metros sobre el nivel del mar.
Con respecto a los vegetales orientales, las agroexportadoras han conseguido las semillas y las reproducen. Lo mismo hacen los productores para mantener el mismo material genético.
Banco de germoplasmas
En la ciudad de Comayagua se localiza la estación experimental La Tabacalera de la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta).
En la estación actualmente existe un banco de germoplasmas, es decir material genético de pitahaya, yuyuga taiwanesa, guayaba taiwanesa y frutas más conocidas como ajonjolí tamarindo, guanábana, maracuyá y rambután, que no son cultivos tradicionales en el valle.
Los germoplasmas son vendidos a los productores de todo el país para incentivar el cultivo de estas frutas y vegetales.
“Los cultivos frutales tropicales no tradiciones son un rubro que a través de la SAG hemos venido impulsando a nivel de todos los productores con el objetivo de producirlos y ofrecer a los a productores de la zona, y como son del trópico los podemos utilizar desde los 50 hasta a hasta los 1,100 metros sobre el nivel del mar”, explicó Denis Orellana, jefe de la estación experimental La Tabacalera.
Orellana explicó que los productores compran pequeñas cantidades para ir probando la adaptación al suelo, clima y, por supuesto, la rentabilidad de los materiales genéticos.
Uno de las mayores compradoras de germoplasmas son las cajas rurales de campesinos.
En el caso de la pitahaya o fruta dragón, detalló que requiere ser sembrada con cierto grado de humedad en la tierra y por lo general se recomienda como cultivo de subsistencia para la zona del corredor seco.
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Además, informó que están creando el programa nacional de pitahaya para expandir la siembra de esta fruta exótica.
La pitahaya es muy rentable, se produce una vez al año y se cotiza en el mercado nacional entre 80 y 90 lempiras la libra.
Otra fruta que está llamando la atención de productores es la yuyuga taiwanesa, que también se produce una vez al año.
En la zona central ya existen varios lotes de media hasta dos manzanas cultivadas con yuyuga taiwanesa. Esta fruta es altamente rentable, ya que una libra se cotiza a 17 lempiras en la estación experimental, pero en los supermercados se encuentra a 25 y 30 lempiras la libra.
Las exportaciones
De 35 empresas exportadoras e importadoras que operan en el valle de Comayagua, 31 gozan de la exoneración de impuestos de ciertos productos debido a que están amparadas bajo el Régimen de Importaciones Temporales y la Ley de Zonas Libres.
De las 35 empresas solo cuatro quedan fuera de la exoneración de impuestos.
Este incentivo se aplica con el objetivo de crear una mayor dinámica en las exportaciones e importaciones de una extensa lista de productos alimenticios, equipo, semillas, granos, madera y vegetales orientales, entre otros, libres de impuestos.
En el valle de Comayagua hay 12 empresas incorporadas a Zonas Libres, entre las cuales hay ocho exportadoras de vegetales orientales, una de camote, una de chile jalapeño en rodajas, una de prendas de vestir y otra de snak.
Además, existen 19 empresas bajo el Régimen de Importación Temporal que se dedican a la producción de pepinos, jugos y néctares, vegetales orientales, café y aceite de palma.
Puerto Cortés sigue siendo la principal aduana para transportar la mercancía hacia el extranjero.
“Gracias a que tenemos bancos de semilla y germoplasmas podemos diversificar la producción en Comayagua y es cuestión de cultura que la gente vaya consumiendo frutas y vegetales para mejorar su dieta alimenticia y lo haga por salud y cuando eso suceda se irá incrementando la demanda de productos no tradiciones y podamos aumentar la producción”, declaró Javier Mendoza, productor de vegetales y algunas frutas tropicales.
Uso de plaguicidas
El uso de plaguicidas es uno de los principales retos que los productores deben enfrentar.
El uso de químicos en cultivos de frutas, verduras, vegetales y legumbres es la primera opción que toman los pequeños, medianos y grandes productores para incrementar sus cosechas en el menor tiempo posible.
Sin embargo, si hacen un mal manejo de los químicos corren el riesgo de que su producto no ingrese a los apetecidos mercados de Estados Unidos.
El Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (Senasa) realiza capacitaciones en cuanto al manejo de etiquetas, calibración de aspersores, uso de equipo de protección, almacenamiento y dosificación de químicos agrícolas para evitar pérdidas a los productores.
También está la opción de usar abono orgánico, pero es muy poco atractivo y rentable para los agricultores, sobre todo para los que exportan.
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Y es que producir vegetales y frutas orgánicas tiene un costo alto y el mercado es limitado.
“La verdad, producir de forma orgánica es poco rentable porque solo puede comprar el producto gente con un buen ingreso económico y tampoco se puede producir en grandes cantidades y no da para exportar porque los costos de enviar producto a Estados Unidos es alto y se debe compensar con cantidad y buenos precios”, reconoció Jairo Bueso, un experimentado productor de frutas del valle de Comayagua.