TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El juego de
Nery Orlando López Sanabria en las grandes ligas del narcotráfico hondureño terminó el 6 de junio de 2018 cuando un equipo de la Policía Militar y de la
Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN) lo arrestaron y no lo soltaron, contradiciendo una orden superior y un ofrecimiento de soborno.
Al momento de su detención, viajaba con su compañera de hogar Erika Julissa Bandy García en un carro blindado; tras ellos iban sus guardaespaldas José Santos Mejía Laínez, Daniel Alberto Ticas Sánchez y Maximiliano Echeverría García en otros dos carros.
Al momento de su detención, viajaba con su compañera de hogar Erika Julissa Bandy García en un carro blindado; tras ellos iban sus guardaespaldas José Santos Mejía Laínez, Daniel Alberto Ticas Sánchez y Maximiliano Echeverría García en otros dos carros.
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EL HERALDO conoció que mientras los agentes inspeccionaban los vehículos, Nery Orlando López Sanabria, quien se identificó como Magdaleno Meza Fúnez, realizó una llamada telefónica a un alto funcionario, cinco minutos después los policías recibieron una llamada de otra alta autoridad, ordenándoles que lo dejaran libre; sin embargo, los agentes no lo soltaron y lo trasladaron a San Pedro Sula, donde terminaron la inspección de los carros y pusieron a los detenidos a la orden de la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado.
En dos de los automóviles los investigadores detectaron dos compartimientos ocultos en los que había 193,000 dólares, dos granadas, joyas, relojes, pepitas de oro y documentos.
Asimismo encontraron seis armas de fuego, una de ellas con silenciador. Además se toparon con unas libretas donde estaba escrito el nombre de “Tony” Hernández varias veces, así como las iniciales JOH, ambos con asignaciones de miles de dólares.
A estos apuntes, pronto se les conoció como narcolibretas, una vez expuestas como pruebas en el juicio que se le realizó a Juan Antonio “Tony” Hernández en una Corte de Nueva York, donde un jurado lo encontró culpable de tres delitos de narcotráfico y otro de falso testimonio.
El 9 de junio de 2018, un juez con competencia territorial de San Pedro Sula les aplicó detención judicial a los cinco imputados acusados por lavado de activos, tenencia ilegal de armas y explosivos y soborno doméstico, ya que al momento de su captura ofrecieron dinero a los agentes para que los liberaran.
Sanabria fue asesinado el sábado recién pasado en la cárcel de Ilama, Santa Bárbara, un hecho que las autoridades penitenciarias y del gobierno no encuentran cómo justificar.
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