TEGUCIGALPA, HONDURAS.-¿Son incapaces las autoridades civiles para solucionar los problemas en el sector agrario? La pregunta surge tras la polémica decisión del Poder Ejecutivo de poner en manos de las Fuerzas Armadas (FF AA) un millonario programa destinado a los campesinos.
En Honduras existen más de seis instituciones que manejan recursos para garantizar la producción nacional, el desarrollo del campo, el acceso a la tierra y, sobre todo, para que se aseguren de la existencia de alimentos para la población.
Aparte de esto, hay universidades especializadas dedicadas a formar personal en agricultura y en sus diferentes ramas, graduando cada año a miles de profesionales, quienes ven como un insulto esa decisión.
No obstante, el Gobierno de la República, ya asignó un presupuesto de 4,000 millones de lempiras a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) para que por medio de las FF AA ejecuten el Programa de Desarrollo Agrícola de Honduras (PDAH).
Este proyecto tendrá una duración superior a los cinco años, es decir, entre los últimos meses de 2019, hasta finales de 2025.
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Sin embargo, el plan de las FF AA es ir más allá, ya que planean extenderlo hasta el año 2038.
La decisión ha causado revuelo en la sociedad nacional y preocupación entre el sector productivo debido a que esta “orden” dada a la institución militar no es parte de sus funciones constitucionales.
Bajo este panorama de cosas surgen interrogantes como: ¿se debilitará a las agencias conocedoras del agro?, ¿irán desapareciendo estos entes del Estado?, ¿cuál será su función?, o en el mayor de los casos, ¿son tan incapaces que prefieren dar a los militares la responsabilidad de producir en el país?
EL HERALDO muestra hoy que ya existe una estructura montada para atender a este sector del país y que lo único que demandan cada año es presupuesto y mayor vigilancia para desarrollar los proyectos y así evitar la corrupción.
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Los entes
La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), que para este año tiene un presupuesto asignado de 2,027.4 millones de lempiras, es el ente que maneja el sector agrario nacional.
A nivel sectorial, la SAG coordina las políticas sectoriales que son ejecutadas por instituciones que conforman el sector público agrícola, específicamente aquellas relacionadas con la tenencia de tierra, financiamiento rural, comercialización, silvicultura, producción agropecuaria, desarrollo rural y forestal.
A nivel institucional, la SAG interviene a través de sus direcciones generales y de los programas y proyectos que ejecuta a corto, mediano y largo plazo, los cuales incorporan indicadores cuantificables y medibles para la evaluación de los mismos.
Asimismo, a nivel regional y mundial, la SAG es la responsable de representar a Honduras.
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La SAG cuenta con ingenieros agrónomos y especialistas en las diferentes áreas, quienes son los responsables de llevar la asistencia técnica a los productores.
Lo insólito es que el titular de esta institución, Mauricio Guevara, se ha declarado a favor de que los militares lleguen a ocupar sus responsabilidades.
Como parte de la misma SAG funciona la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta) que tiene un presupuesto anual de 98.2 millones de lempiras para el 2019.
La Dicta cuenta con destacados profesionales quienes se encargan de producir semillas mejoradas, plantas resistentes a las condiciones climáticas y evalúa cada región para desarrollar los cultivos, ¿pero será que ahora quedarán al mando de las FF AA?
Dentro del mismo rubro se ubica el Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (Senasa), que tiene 197 millones de lempiras asignados y se encarga de inocuidad en
la producción.
Los primeros 66 los entregaría en las
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Para impulsar la tenencia de la tierra el Estado creó el Instituto Nacional Agrario (INA), que tiene un presupuesto de 379.2 millones de lempiras para el 2019.
La misión histórica del INA ha sido ejecutar la política agraria del país, dando acceso a la tierra y asistencia técnica a las familias campesinas, comunidades indígenas y afrohondureñas.
Al cumplir con su cometido, el INA también promueve el aumento en la producción y productividad, mejora la rentabilidad y sostenibilidad de sus unidades productivas.
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Para el financiamiento del sector agrario nacional el Estado ha creado instituciones financieras como el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa), que para este año recibió 874.3 millones de lempiras.
Este presupuesto es similar al que manejará el Comando de Apoyo al Programa de Desarrollo Agrario de Honduras (CAPDAH) cada año, en su primera fase.
Lo cierto es que Banadesa en la actualidad se encuentra al borde del colapso y desde el mismo Ejecutivo se ha impulsado su cierre inminente, pero esta decisión corresponde únicamente al Congreso Nacional.
Jorge Lobo, presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso Nacional, consideró que es esta institución la que debe ser fortalecida.
Otro ente encargado de financiar a los agricultores es el Banco Hondureño de la Producción y la Vivienda (Banhprovi), que maneja un presupuesto de 4,089.7 millones de lempiras.
4,000 millones serán entregados a
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A pesar de que las organizaciones campesinas señalan que son pocos los beneficios que obtienen de Banhprovi, informes de esta institución establecen que al cierre de octubre pasado habían invertido 1,259.5 millones de lempiras en la agricultura.
Al año, todas estas instituciones dedicadas a promover el agro nacional manejan un presupuesto superior a los 7,600 millones de lempiras.
Mientras tanto, solo para este año el presupuesto de la Secretaría de Defensa es de 8,530.2 millones de lempiras, superior al de todos los entes dedicados a la producción.
Honduras además recibe millones de lempiras al año como donaciones de organismos internacionales destinados al agro.
Rafael Alegría, dirigente de la Vía Campesina, señaló que “esto es un golpe mortal al INA, a la SAG, a Banadesa y a todas estas instituciones, porque quedan más débiles y quien se fortalece son las Fuerzas Armadas”.
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