TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Una fuerte batalla está desatada actualmente entre la ciencia y el coronavirus.
La misión es lograr de una vez que este nuevo virus que mantiene en alerta al mundo entero no afecte el estado de salud de las personas. Con el surgimiento de este nuevo virus, a finales de diciembre de 2019 en Wuhan, provincia de Hubei, China, toda la población está susceptible a infectarse e incluso a fallecer.
Hasta el lunes, se registraba oficialmente la muerte de 1,011 personas y 42,200 casos en 29 países. Según la comunidad científica, el coronavirus se ha expandido de manera acelerada, a diferencia de lo que ha ocurrido con otro tipo de virus en los últimos años.
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Esto convierte en una carrera contra el tiempo el desarrollo de una vacuna, podría frenar la epidemia y evitar que siga cobrando más vidas.
Científicos y empresas multinacionales se han trazado la meta que esté lista entre tres y seis meses usando técnicas que acorten los tiempos.
Sin embargo, la elaboración de una vacuna es un proceso muy complejo y, según expertos hondureños consultados por EL HERALDO, esto puede demorar años.
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¿Cómo actúan los virus?
Para que exista una vacuna debe existir un virus, de ahí parte todo el proceso.
La vacuna es un producto elaborado a partir de microorganismos vivos, en este caso el coronavirus. Los virus al entrar al cuerpo causan daños, se empiezan a reproducir y crear varias copias de la misma cepa viral.
“En ese momento, el organismo empieza a producir las defensas o anticuerpos, que son las células que el cuerpo produce para contrarrestar el efecto del virus”, explicó Francis Contreras, comisionado presidente de la Agencia de Regulación Sanitaria (Arsa).
En esa guerra, si los anticuerpos ganan, la persona se cura, pero si es el virus el que gana la batalla, la persona puede morir.
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El organismo puede tardar algunos días en activar sus defensas y aniquilar el virus, son los días que el infectado presenta los síntomas de la enfermedad viral. “Cuando el cuerpo derrota al virus, quedan unas células con la memoria de reconocer al virus y esas se van a dormir, eso significa que si la persona está expuesta a la misma infección viral años después, cuando entra otra vez ese virus, las células dormidas se activan y rápido lo atacan y no lo dejan actuar”, manifestó Contreras.
Si una persona se infecta por segunda vez, significa que ha sido una nueva cepa viral la que ha infectado a la persona, no la misma que ya lo había afectado antes.
¿Cómo se hace una vacuna?
El primer paso para poder desarrollar una vacuna es descubrir y aislar el virus que está produciendo la enfermedad.
Estos microorganismos se aíslan en laboratorios en medio de cultivos a base de productos de huevos de gallina o contenido que asemeje el cuerpo humano para que se reproduzca.
“Cuando se logra aislar el virus se puede identificar y obtener las características (de ese virus) y al saber la forma se puede diseñar la vacuna”, detalló el galeno.
Ese paso ya lo dieron científicos chinos que a inicios de enero de este año encontraron el gen del coronavirus.
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“Los virus más fáciles para elaborar una vacuna son los de la influenza y demora de seis a ocho meses para que esté lista y fue hecha con el virus que circuló el año anterior”, señaló.
A su vez, advirtió que el desarrollo de una vacuna para el coronavirus puede demorar años.
Un factor que impide que se desarrolle una vacuna es que el virus mute constantemente. Tal es el caso del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) o el del dengue, esto porque cambian genéticamente, lo que impide que se desarrolle una vacuna sobre estas enfermedades.
Paso a paso
Para fabricar vacunas se pueden usar microorganismos muertos. Otras se hacen con virus vivos pero atenuados, es decir, debilitados en un laboratorio para que no causen la enfermedad, es decir, se dejan inactivos.
Una vez identificado el virus, los científicos trabajan en el proceso de un antígeno del virus. Es decir, una sustancia que provoca que el sistema inmunitario produzca anticuerpos y combata el cuerpo extraño.
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Laboratorios de nivel cuatro, es decir de máxima bioseguridad, son los únicos que pueden manejar cepas virales para estudiarlas y trabajar en antígenos.
En el continente americano, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, es el único especializado para ese tipo de investigaciones.
“Primero hay que estar seguros que se está produciendo el antígeno deseado y eso debe tener reproducibilidad, que sea capaz de reproducir siempre lo mismo, que no vaya a salir otra cosa”, explicó el inmunólogo Jorge Fernández, consultado por EL HERALDO.
Al tener lista y aprobada la fórmula para elaborar una vacuna se pasa a la fase de prueba, la primera es con animales. Se usan ratas, monos, entre otros, para ver si es capaz de causar una respuesta inmunológica y producir protección.
“Luego se buscan pocos voluntarios humanos para probar que no vaya a matar gente, que es seguro”, indicó Fernández.
Después de ese proceso, pasa a la siguiente fase, se prueba en grupos de población grandes y se abarcan diferentes nacionalidades para probar que no tiene efectos adversos.
Cuando la vacuna ya está lista, la Organización Mundial de la Salud (OMS) autoriza para que los gobiernos puedan adquirirla para aplicarla a las poblaciones en riesgo.
“Hacer una vacuna es de años, no es que va a ser cuestión de meses”, aseguró el inmunólogo Fernández.
Agregó que los virus más peligrosos son los que vienen de animales como la gripe aviar o porcina, así como los coronavirus. El galeno manifestó que es preocupante que el coronavirus se esté esparciendo rápidamente por el mundo.
“Todos estamos vulnerables porque no tenemos anticuerpos, sería una catástrofe si el virus ingresa al país porque tiene un sistema de salud muy vulnerable y débil”, afirmó.
En Honduras, las autoridades de Salud mantienen en seguimiento de vigilancia a 181 extranjeros que han llegado al territorio y el 60 por ciento proceden de China. No obstante, ninguno ha presentado síntomas de infección respiratoria.