TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El temor al contagio de
coronavirus en Honduras es evidente en la población. El país ya superó los
100 fallecidos por el mortal virus y uno de los mayores problemas ha sido el entierro de los cadáveres.
Los familiares de las víctimas no solo deben lidiar con la partida de su ser querido, también tienen que luchar contra la discriminación y el impedimento de darle un último adiós digno.
A diferencia de otros países como Europa o Estados Unidos, en Honduras el costo de la cremación es muy elevado y son muy pocas las funerarias que ofrecen este procedimiento. Para los dolientes lo más sencillo y barato es enterrar el cadáver.
López Castellanos explicó a EL HERALDO que los 'ataúdes llevan una secuencia de procedimientos' para hacer una desinfección de la superficie donde estuvo la persona.
Asimismo, se hace una desinfección del cuerpo, luego se introduce en doble bolsa plástica, 'cada una es desinfectada con soluciones que eliminan el virus'.
'Posteriormente se introduce dentro del ataúd con las dos bolsas. El féretro es sellado y desinfectado con las mismas soluciones', detalló.
De igual forma, aseguró que el personal que manipula el cuerpo debe portar el equipo correcto de bioseguridad, 'un equipo de protección personal que permita que en los lugares donde esté el virus no vaya a provocarle la enfermedad o contagio del Covid-19'.
Reiteró: 'El cadáver va desinfectado, el cadáver en sí ya no transmite el virus porque para hacerlo tiene que toser, estornudar y el cadáver ya no tiene esa posibilidad'.
La especialista aseguró que el verdadero contagio está en la aglomeración de personas como lo que ocurrió en la colonia La Era de la capital donde se impidió el entierro de una persona y hubo violentos enfrentamientos con las autoridades.
Los familiares de las víctimas no solo deben lidiar con la partida de su ser querido, también tienen que luchar contra la discriminación y el impedimento de darle un último adiós digno.
A diferencia de otros países como Europa o Estados Unidos, en Honduras el costo de la cremación es muy elevado y son muy pocas las funerarias que ofrecen este procedimiento. Para los dolientes lo más sencillo y barato es enterrar el cadáver.
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Sin embargo, las personas que viven cerca de los cementerios han sido una 'piedra de tropiezo' para las autoridades y familiares ya que por temor a contagiarse no permiten los entierros.
Aunque Honduras ya entró a la etapa donde se puede dar el contagio comunitario y el colapso de los hospitales, las autoridades han sido claras que una vez que una persona fallece por Covid-19 ya no se puede transmitir el virus.
Procedimiento
La especialista en epidemiología, Etelinda López Castellanos, detalló que en Honduras se hacen protocolos de desinfección de los cadáveres con sospechas y de los que son fallecimientos confirmados por el coronavirus.López Castellanos explicó a EL HERALDO que los 'ataúdes llevan una secuencia de procedimientos' para hacer una desinfección de la superficie donde estuvo la persona.
Asimismo, se hace una desinfección del cuerpo, luego se introduce en doble bolsa plástica, 'cada una es desinfectada con soluciones que eliminan el virus'.
'Posteriormente se introduce dentro del ataúd con las dos bolsas. El féretro es sellado y desinfectado con las mismas soluciones', detalló.
De igual forma, aseguró que el personal que manipula el cuerpo debe portar el equipo correcto de bioseguridad, 'un equipo de protección personal que permita que en los lugares donde esté el virus no vaya a provocarle la enfermedad o contagio del Covid-19'.
Reiteró: 'El cadáver va desinfectado, el cadáver en sí ya no transmite el virus porque para hacerlo tiene que toser, estornudar y el cadáver ya no tiene esa posibilidad'.
La especialista aseguró que el verdadero contagio está en la aglomeración de personas como lo que ocurrió en la colonia La Era de la capital donde se impidió el entierro de una persona y hubo violentos enfrentamientos con las autoridades.