TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A nueve meses y 14 días para las elecciones primarias, son más las dudas e incertidumbre que se vislumbra para este proceso democrático aunado a las viejas prácticas que conservan los políticos de las fuerzas mayoritarias, según expertos consultados por EL HERALDO.
El analista político Olban Valladares mencionó que “no debemos descartar que en los próximos meses, una vez que pase la bulla y efervescencia del coronavirus, vamos a tener todavía muchas más especulaciones y globos sondas que van a estar tirados a la calle para mantener en zozobra al pueblo hondureño en relación con las elecciones”.
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“Para las primarias los partidos tradicionales no abandonarán las prácticas de estar haciendo las misas negras y de estar conciliando en aquellos términos en el que el pueblo siempre demuestra su insatisfacción; por consiguiente, no es de alarmarnos que otrora enemigos de boca están juntándose en salones oscuros para poder controlar entre tres (partidos) el próximo proceso electoral”, agregó.
El exdiputado enfatizó que “llueva, truene o relampaguee” en marzo de 2021 deben llevarse a cabo los comicios primarios y en noviembre los generales.
En la actualidad, tanto el Partido Nacional como Libertad y Refundación (Libre), incluyendo el Partido Liberal, se encuentran en campañas prematuras y hasta en pugnas internas, destacó. El Consejo Nacional Electoral (CNE) aseguró que el próximo 13 de septiembre hará la convocatoria a las primarias, cumpliendo así con el cronograma electoral.
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La emergencia sanitaria decretada por el Covid-19 también ha generado suspicacia en la depuración del censo electoral a su vez en la emisión en tiempo y forma de una nueva tarjeta de identidad, pese a que los comisionados del Registro Nacional de las Personas (RNP) garantizaron que darán cumplimiento a ambas tareas, pendientes desde hace mucho tiempo atrás.
Aprovechar
“Sin duda van a aprovechar para imponerse aquellos que tienen mayor control de las estructuras partidarias y obtener posiciones de privilegio que les permitan seguir beneficiándose del poder”, indicó a este rotativo el representante de la Fundación Democracia sin Fronteras (FDsF), Filadelfo Martínez.
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Lamentó que “a los políticos hondureños lo que los diferencia es el color de la bandera, pero los tres partidos mayoritarios en el país son dirigidos por caudillos, tienen esa visión patrimonialista, prefieren la antidemocracia, el dedazo y no están dispuestos a r
endir cuentas”.
El fortalecimiento del sistema democrático es el gran reto al salir de la crisis del coronavirus, por lo que se requiere de una clase política renovada con la capacidad de entender las necesidades de la nación, enfatizó Martínez
