TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Volver a escuchar la voz alta de los maestros en las aulas de clases, la algarabía de los estudiantes en los pasillos y ver a los padres acompañando a sus hijos a las escuelas y colegios todavía está muy lejano.
Expertos en educación consideran que el retorno de los estudiantes a las clases presenciales no será a corto plazo y lo mejor es hacer llegar la enseñanza usando los sistemas tecnológicos que están a la mano.
Desde abril anterior, el Observatorio de la Educación Nacional e Internacional de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) planteó cuatro escenarios para que fueran tomados en cuenta.
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El primero era suspender las actividades educativas durante el período de confinamiento y pasar la reposición de clases al final de año, el segundo era la aplicación temporal de estrategias virtuales y retorno gradual a la actividad presencial en la segunda mitad del año 2020.
La tercera opción era iniciar pronto un proceso escalonado de retorno a los centros educativos, combinando estrategias virtuales con materiales impresos y la cuarta opción fue adoptar un calendario estacional y desarrollar materiales educativos autoformativos.
Esta última recomendación era la más viable, ya que planteaba que si la pandemia no permitía el retorno a clases a mitad del año, se debía adoptar un calendario escolar de septiembre a junio, reiniciando el año lectivo 2020 bajo un modelo semipresencial.
Medidas
Los expertos de la UPNFM recomendaron que el período entre abril y agosto se aprovecharía para capacitar docentes en estrategias de enseñanza aprendizaje no presenciales, es decir, en métodos virtuales y uso de materiales autoformativos, principalmente.
También recomendaba seleccionar, imprimir y distribuir materiales impresos autoformativos para los lugares de baja conectividad y mejorar las condiciones sanitarias de los centros educativos, especialmente en disposición de agua.
Antes de reiniciar el nuevo método, los docentes podrían identificar contenidos relevantes en los cuales sus estudiantes necesitaran fortalecer sus aprendizajes y apoyarles para mejorar en esos temas.
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Esta era la opción que plantea más retos administrativos, técnicos y de inversión, pero a la vez era la única que ofrecía la oportunidad de ir más allá de pretender volver a la situación “normal” anterior a la crisis sanitaria.
El escenario planteado también implicaba la gestión estatal para proveer de servicios de internet apropiados para desarrollar procesos educativos a todo el personal docente bajo condiciones extremadamente favorables o gratuitas como parte de sus herramientas profesionales indispensables.
El calendario lectivo para reiniciarlo hasta septiembre tiene sentido únicamente si se capacita al personal docente en servicio, si se gestiona el acceso al servicio de internet y si se mejora la infraestructura física de los centros, especialmente en aspectos de servicios sanitarios.
Algo particularmente importante para los estudiantes de menores recursos era la elaboración o selección de materiales autoformativos, tanto impresos como para uso virtual.
Lo lamentable es que nada de esto sucedió, lo único que dio a conocer la Secretaría de Educación fue el diseño de la aplicación Seduc-Emergencia, para ejecutarse en teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras.
En la herramienta se puede encontrar una presentación oficial, horarios de trasmisión de clases a nivel nacional, las programaciones curriculares por áreas y niveles, clases televisivas y clases radiales.