TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Un perjuicio por más de 4.3 millones de lempiras dejó al Estado una compra de medicamentos realizada por la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) en medio de la pandemia.
En un millonario contrato, Copeco canceló hasta 23 veces más el valor por cada tableta de azitromicina de 500 mg en comparación con lo que desembolsó por el mismo medicamento la Secretaría de Salud (Sesal).
Las cláusulas del convenio también fueron modificadas para aumentar la cantidad de pastillas adquiridas y pasar de un compra pequeña a una grande.
En el contrato Copeco aceptó comprar a tres precios diferentes el mismo medicamento, volcando su inversión al más caro.
Aparte, Auditoría Interna de Copeco emplazó a la Dirección Administrativa y Financiera por entregar sin firma los cuadros comparativos de ofertas, permitir que las actas de recepción de almacén no tuvieran fecha y que las garantías de calidad de los equipos e insumos adquiridos llegaran sin firmas obligatorias.
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Proceso
Sesal compró medicamentos para la pandemia del covid-19, Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H) también y Copeco no se quedó atrás.
Solo que con el dinero que pagó Copeco por cada tableta de azitromicina, la Secretaría de Salud (Sesal) compró 23 pastillas del mismo medicamento.
El impacto económico que dejó la inversión de Copeco ascendió a 4.3 millones de lempiras, que se pudieron ocupar en algo más, pero, ¿por qué terminó comprando medicamentos Copeco?
La Unidad Investigativa de EL HERALDO verificó en el oficio número 197-A-CEAE-COVID19-2020 de fecha 21 de junio del 2020 subido al Portal de Transparencia de la Emergencia del Covid-19 que Lisandro Rosales, Comisionado Especial de Atención a la Emergencia Covid-19, solicitó al comisionado de Copeco, Carlos Cordero, completar la compra de medicamentos para conformar el tratamiento MAIZ que entregaría las brigadas médicas en los barrios y colonias del Distrito Central.
En el documento se especificó que compraran “15,640 frascos de microdacyn, 78,200 tabletas de azitromicina de 500 mg, 78,200 tabletas de ivermectina de 6 mg y 78,200 tabletas de zinc de 50 mg”, pero Copeco decidió aumentar esos valores.
Para realizar la adquisición, Copeco contrató a dos proveedores, Mediteksa Pharma para comprar las azitromicinas y el microdacyn o su equivalente y la Corporación Industrial Farmacéutica S.A. de C.V. (Corinfar) para las ivermectina y el zinc.
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Contratos
La Unidad Investigativa de EL HERALDO evidenció en el Portal de Transparencia de la Emergencia del Covid-19 que primero Copeco pactó una compra de 1.4 millones de lempiras mediante el contrato 0042-B-2020 “para el suministro de medicamentos para el tratamiento MAIZ entre la Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) y Mediteksa Pharma” por la adquisición de 18 mil tabletas de azitromicina a un precio unitario de 25 lempiras y 7,000 frascos de Macro C-19 con un precio unitario de 140 lempiras.
En el caso específico de las tabletas de azitromicina, EL HERALDO evidenció mediante una búsqueda en la “Ejecución Presupuestaria de Sesal con relación al Covid-19” subida al Portal de Transparencia de la Emergencia del Covid-19 que su valor unitario es de 2.76 lempiras (nueve veces menos del precio que desembolsó Copeco).
Ese primer contrato firmado el 18 de junio del 2020 fue modificado apenas cuatro días después mediante el Addendum número 1 al contrato 042-B-2020 “para el suministro de medicamentos para el tratamiento MAIZ entre la Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) y Mediteksa Pharma” subiendo la compra a un poco más de 7.9 millones de lempiras (6.4 millones de lempiras más).
En la modificación se especificó que “cláusula segunda: modificar la cláusula tercera del referido contrato, la cual se leía así... el valor del presente contrato es de un millón cuatrocientos treinta mil lempiras exactos... por lo que ahora la cláusula se leerá de la siguiente forma, el valor del presente contrato es de siete millones novecientos treinta y tres mil lempiras”.
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En este nuevo contrato, el proveedor no fijó un solo precio para las pastillas de azitromicina de 500 mg (en el primer contrato valían 25 lempiras cada una) sino que tres precios diferentes y además aumentó la cantidad de tabletas vendidas.
“Quinientos treinta mil lempiras (L 530,000.00) por la compra de 21,200 tabletas de azitromicina de 500 mg a un precio unitario de veinticinco lempiras (L 25.00), tres millones doscientos setenta y cinco mil lempiras (3,275,000.00) por la compra de 50,000 tabletas de azitromicina de 500 mg a un precio unitario de sesenta y cinco lempiras con cincuenta centavos (L 65.50).
A este punto, Copeco desembolsó hasta 23 veces más por la compra de cada pastillas de azitromicina de 500 mg en comparación con lo que pagó Sesal por el mismo medicamento.
Pero no solo eso, en el contrato modificado Copeco también compró 25,000 tabletas de azitromicina de 500 mg-Medimacrol a un poco menos de un millón de lempiras con un precio unitario de 38.34 lempiras.
Estas 25,000 tabletas extras no fueron solicitadas, pues se les especificó en el oficio 197-A-CEAE-COVID19-2020 que la compra debía ser de 78,200 tabletas de azitromicina de 500 mg y en ningún momento se solicitó más pastillas o la presentación que Copeco adquirió.
En total, por 96,200 pastillas de azitromicina de 500 mg Copeco desembolsó más de 4.7 millones de lempiras a un precio unitario promedio de 50 lempiras.
Si la compra la hubiera ejecutado Sesal con su proveedor, solo hubiera gastado 265,512 lempiras por las misma cantidad de tabletas solicitadas o le hubiera alcanzado para abastecerse con más de 1.7 millones de tabletas de azitromicina de 500 mg.
En general el Estado pudo ahorrarse más de 4.3 millones de lempiras por la compra de un solo medicamento, pero Copeco buscó un proveedor costoso.
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Otros medicamentos
En relación con los otros medicamentos que conforman el tratamiento MAIZ y que fueron comprados por Copeco se pudo evidenciar que aumentaron la cantidad solicitada en los contratos, pero los precios acordados están equiparados con las compras que realizó la Sesal.
Para el caso en un primer contrato Copeco tenía estipulado comprar 7,000 frascos de Macro C-19 a 980 mil lempiras con un precio unitario de 140 lempiras, pero lo modificó y pasó a comprar 22,640 frascos (7,000 más de lo que les solicitaron) a un precio unitario de 140 lempiras.
El contrato de la ivermectina y el zinc también fue modificado para aumentar la cantidad de tabletas pero no se encontró sobrevaloración en los precios de los productos.
ComprasEl departamento de Auditoría Interna de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) mantiene activa una supervisión concurrente en la Dirección Administrativa y Financiera para advertir sobre irregularidades en las compras. |
Auditoría Interna de Copeco
El departamento de Auditoría Interna de la Comisión Permanente de Contingencia (Copeco) emplazó al departamento de Dirección Administrativa y Financiera por irregularidades en los documentos soportes de las compras presentados durante la emergencia del covid-19.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO accedió mediante el Portal de Transparencia para la Emergencia del Covid-19 a un memorándum con recomendaciones para los procesos de compra.
El documento denominado “Trámite de pago F01-2033” con fecha 24 de junio del 2020 iba dirigido a Jenny Canales en su condición de directora administrativa y financiera de Copeco.
En el documento, Olban Herrera, auditor interno de Copeco, citó “Memorándum auditoría concurrente - Auditoría interna” y especificó entre las recomendaciones que la Dirección Administrativa y Financiera estaba presentando cuadros comparativos de ofertas sin firmas en los documentos soportes de firmas.
También advirtió que las actas de recepción del almacén donde Copeco guarda los insumos que compró durante la pandemia no tiene fechas.
El departamento de auditoría interna reveló además que las garantías de calidad de los equipos comprados por Copeco durante la pandemia no tienen firmas por lo que cualquier reclamo estaría sin soporte legal para reparación.
Este memorándum lo ubicó al inicio del soporte documental de las compras realizadas por Copeco en junio y que subieron al Portal de Emergencia del Covid-19.
El reclamo de auditoría interna quedó reflejado en la adquisición de cuatro monitores de signos vitales que Copeco pagó a un poco más de 100 mil lempiras.
En los documentos soporte se logró evidenciar que las actas de entrega no tienen fechas, por lo que no se sabe cuándo se realizaron.
Además se comprobó que los certificados de garantía que presentó el proveedor, pese a ser validos por un periodo de doce meses según el documento, no tienen firma, tampoco fecha y peor sellos del responsable, por lo que los reclamos por defectos están prácticamente desestimados.