SAN PEDRO SULA, HONDURAS.-Una verdadera pesadilla han vivido miles de habitante del valle de Sula tras la embestida de dos fenómenos naturales en menos de dos semanas.
En algunos sectores los pobladores se mantienen con el agua al cuello tras el desbordamiento de los ríos Ulúa y Chamelecón, que causaron mayores estragos que los provocados por la tormenta Eta.
A algunos de los hondureños no les importó el caos y la devastación, y trataron de regresar a casa para rescatar lo poco que les había quedado.
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Las zonas más afectadas por Iota fueron Villanueva, San Manuel, Potrerillos, La Lima, Pimienta, El Progreso, bajos de Choloma, Chamelecón, el sector de la Rivera Hernández, entre otros.
En el sector de Chamelecón, los pobladores comenzaron con la limpieza de las calles, en donde el caudal ya había disminuido y solamente quedaba una capa de lodillo.
A lo largo de la carretera entre La Lima y El Progreso se miraban decenas de familias que se aferraban a volver a sus viviendas.
El casco urbano de La Lima permanecía inundado en sus cuatro puntos cardinales, mientras los bomberos trataban de advertir a los ciudadanos de los riesgos que conlleva quedarse en sus viviendas.
En el sector Rivera Hernández la situación estaba más complicada porque el agua seguía subiendo y abarcando cada vez más colonias.
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En las riberas del río Ulúa en El Progreso las familias esperaban retornar a sus casas, pese a que se mantenían inundadas.
Las partes bajas de San Pedro Sula, que comprende las colonias como San Antonio, San Juan, Chamelecón, San Antonio, 10 de Septiembre, Suyapa, Sabillón Cruz, Morales y Santa Ana, retomaron también las labores de limpieza que dejaron inconclusas luego de haber sido afectados hace 14 días por Eta.
Ahora, el trabajo es mayor porque los niveles del agua causadas por la tormenta Iota fueron mucho mayores y los remanentes de agua siguen siendo una amenaza.
El recuento de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) revela que 125,954 personas fueron afectadas por los embates de Iota en el valle de Sula.
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Además, fueron afectadas 613 viviendas, 34 dañadas, tres destruidas y tres puentes dañados.
Las pérdidas son incalculables, aunque estimaciones realizadas por el sector privado aseveran que solamente en las plantaciones de banano ascienden a más de 1,300 millones de lempiras.
Los empresarios también estiman que un total de 250,000 hectáreas cultivadas de palma, banano, caña de azúcar, vegetales y granos básicos se vieron dañadas.
Advertencia
El comisionado de Copeco, Jaime Omar Silva, aseveró que el valle de Sula espera una nueva bajada de agua del río Chamelecón.
Indicó que “si se presenta alguna situación, lo haremos oficialmente con nuestro equipo institucional, ya que estamos trabajando para salvaguardar la vida de todos los hondureños y en especial del valle de Sula”.
Tanto el Chamelecón y el Ulúa están siendo monitoreados permanentemente por los técnicos de Copeco.
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Rescates
Ayer, las evacuaciones en los sectores afectados estaban a la orden del día.
Los cuerpos de socorro realizaron el rescate por aire y agua de algunos ciudadanos que no pensaban que la tormenta Iota azotaría con fuerza sus comunidades. Un total de 59,869 personas fueron evacuadas por los bomberos, militares, policías y personas particulares, indica el reporte de Copeco.
Los helicópteros de la Fuerza Aérea, la Fuerza de Tarea Bravo de Estados Unidos y civiles sobrevolaban a cada momento el valle de Sula en busca de personas que necesitaban ser rescatadas. Uno de los rescates más conmovedores fue el de cuatro muchachos que estaban subidos en un árbol, donde se protegieron por varias horas de las corrientes que provocaron las inundaciones en un sector de los bajos de Choloma. Los cuatro muchachos fueron enviados a un albergue donde fueron evaluados por un médico. El comandante de la Fuerza de Tarea de la zona norte, Armando Martínez, puntualizó que los equipos de rescate continuarán salvaguardando las vidas de los ciudadanos.
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“Tratemos de tener conciencia, porque el peligro está latente, por esto invitamos a los medios de comunicación a hacer propicio este mensaje de una manera consensuada y orientar a la población para que estas personas no vuelvan a estas zonas de riesgo”, señaló.
Aseguró que las labores de tarea de rescate y evacuación continuarán durante varios días.
En otros sectores del valle, familias enteras fueron socorridas en lanchas por elementos del Cuerpo de Bomberos, entre ellas, tres personas que se encontraban en una vivienda en la residencial Los Castaños, en los bajos de Choloma.
Los bomberos lamentaron que alrededor de 150 personas no quisieron evacuar, bajo el argumento que hasta sus viviendas todavía no ha llegado la inundación, pese a la advertencia de las autoridades.
Mientras que en El Progreso, Yoro, los socorristas andan a bordo de una lancha en búsqueda de una señora identificada como Suyapa Hernández, que desapareció en el campo bananero conocido como Finca 3, sin tener resultados positivos hasta ahora.
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