TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Para demostrar que las patrulleras oceánicas
Lempira y Francisco Morazán están en buenas condiciones, las autoridades de la
Fuerza Naval las sacaron a pasear este martes por unos 20 minutos por la bahía de
Puerto Cortés, al norte de Honduras.
Sin forzarlas mucho, las dos patrulleras fueron desplazadas llevando a un nutrido grupo de periodistas y fotógrafos. Por primera vez las autoridades militares permitieron que la prensa tuviera acceso al interior de las patrulleras, luego de que EL HERALDO diera a conocer que desde hace varios meses estaban ancladas en el muelle de la Base Naval por una serie de desperfectos.
El capitán de navío Juan Antonio de Jesús Rivera, inspector de la Fuerza Naval, junto con el teniente José Coello, vocero militar, se encargaron de dar el paseo a los diferentes miembros del a prensa, tanto de Tegucigalpa como de San Pedro Sula.
El inspector de la Naval negó que los dos guardacostas tengan problemas para operar. La última misión de la patrullera Francisco Morazán “fue en diciembre y ahorita está en la parte de mantenimiento”, explicó.
La Fuerza Naval no solo tiene estas dos embarcaciones para ir a patrullar “nosotros tenemos la VPA, la que vino de Israel, la más nueva; tenemos la que vino de Colombia, que también es más nueva que esta”, detalló el oficial.
Los guardacostas Lempira y Francisco Morazán “salieron a dique en el 2017 y 2018. Ustedes pueden ver que todavía se conserva la pintura original de ese mantenimiento. Se programa un mantenimiento cada dos o tres años, es un mantenimiento preventivo y correctivo, puede ser que esté buena la estructura, pero nosotros tenemos que sacarla forzosamente para que se le dé el respectivo mantenimiento”.
Se hacen las coordinaciones con “Damen para que verifique todos los demás sistemas que necesitan en ese momento, calibración, y algunas pueden necesitar algún repuesto que ya dieron su vida útil, por ejemplo, los radares que tienen los magnetrones que solo duran 300 horas”.
“Cuando se ha dañado el piloto automático ha venido el personal de Holanda a repararlo. A veces lo que más daño ha tenido es el equipo electrónico. Cuando a veces un radar se daña por el magnetrón, porque ya dio su vida útil hay que cambiarlo. Y a veces cuando pedimos un repuesto a Europa eso nos lleva hasta seis meses (para traerlo), eso es una realidad”, dijo el inspector de la Naval.
“Todo mundo las va a ver casi todo el año acá. Es porque nosotros instalamos un sistema propio para ellas de toma de energía, para mantener la viuda útil de los generadores”.
“Una embarcación pasa cinco o seis meses acá porque tenemos otras embarcaciones que salen a patrullar, por ejemplo, ahorita tenemos buque patrullero de alta mar el VPA que está en misión en el paralelo 15. Una vez que venga saldría esta lancha”, dijo de Jesús Rivera.
Tras explicar a la prensa cómo funcionan los aparatos de navegación y de vigilancia, asegurando que por el momento todos están en perfecto estado, el inspector de la Naval dio la orden de iniciar el recorrido por la bahía de Puerto Cortés.
Sin forzarlas mucho, las dos patrulleras fueron desplazadas llevando a un nutrido grupo de periodistas y fotógrafos. Por primera vez las autoridades militares permitieron que la prensa tuviera acceso al interior de las patrulleras, luego de que EL HERALDO diera a conocer que desde hace varios meses estaban ancladas en el muelle de la Base Naval por una serie de desperfectos.
El capitán de navío Juan Antonio de Jesús Rivera, inspector de la Fuerza Naval, junto con el teniente José Coello, vocero militar, se encargaron de dar el paseo a los diferentes miembros del a prensa, tanto de Tegucigalpa como de San Pedro Sula.
El inspector de la Naval negó que los dos guardacostas tengan problemas para operar. La última misión de la patrullera Francisco Morazán “fue en diciembre y ahorita está en la parte de mantenimiento”, explicó.
La Fuerza Naval no solo tiene estas dos embarcaciones para ir a patrullar “nosotros tenemos la VPA, la que vino de Israel, la más nueva; tenemos la que vino de Colombia, que también es más nueva que esta”, detalló el oficial.
Los guardacostas Lempira y Francisco Morazán “salieron a dique en el 2017 y 2018. Ustedes pueden ver que todavía se conserva la pintura original de ese mantenimiento. Se programa un mantenimiento cada dos o tres años, es un mantenimiento preventivo y correctivo, puede ser que esté buena la estructura, pero nosotros tenemos que sacarla forzosamente para que se le dé el respectivo mantenimiento”.
Se hacen las coordinaciones con “Damen para que verifique todos los demás sistemas que necesitan en ese momento, calibración, y algunas pueden necesitar algún repuesto que ya dieron su vida útil, por ejemplo, los radares que tienen los magnetrones que solo duran 300 horas”.
“Cuando se ha dañado el piloto automático ha venido el personal de Holanda a repararlo. A veces lo que más daño ha tenido es el equipo electrónico. Cuando a veces un radar se daña por el magnetrón, porque ya dio su vida útil hay que cambiarlo. Y a veces cuando pedimos un repuesto a Europa eso nos lleva hasta seis meses (para traerlo), eso es una realidad”, dijo el inspector de la Naval.
“Todo mundo las va a ver casi todo el año acá. Es porque nosotros instalamos un sistema propio para ellas de toma de energía, para mantener la viuda útil de los generadores”.
“Una embarcación pasa cinco o seis meses acá porque tenemos otras embarcaciones que salen a patrullar, por ejemplo, ahorita tenemos buque patrullero de alta mar el VPA que está en misión en el paralelo 15. Una vez que venga saldría esta lancha”, dijo de Jesús Rivera.
Tras explicar a la prensa cómo funcionan los aparatos de navegación y de vigilancia, asegurando que por el momento todos están en perfecto estado, el inspector de la Naval dio la orden de iniciar el recorrido por la bahía de Puerto Cortés.
Inmediatamente las patrulleras comenzaron un desplazamiento a una velocidad de cinco nudos por hora- equivalente a nueve kilómetros por hora- el cual duró unos 20 minutos; luego regresaron al muelle de la Base Naval.