TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A una velocidad de cinco nudos (nueve kilómetros) por hora, los equipos de la Base Naval movieron las patrulleras Francisco Morazán y Lempira por la bahía de Puerto Cortés para mostrarle a la prensa que están en buen estado.
Las Patrulleras Oceánicas (PO) están operables, aseguró el capitán de navío Juan Antonio de Jesús Rivera, quien también es el inspector de la Fuerza Naval.
Como las especificaciones de los guardacostas establecen que su máxima velocidad es de 28 nudos (51.2 kilómetros) por hora, EL HERALDO le solicitó al oficial si podía mantenerlas a una velocidad de 15 nudos por al menos 15 minutos y él respondió: “A esa velocidad no se la voy a mantener, recuerde que estas embarcaciones van a mantenimiento el otro año. Las máquinas han bajado su nivel, ya no le van a responder como cuando están repotenciadas”.
El inspector de la Fuerza Naval explicó que “ahorita la máxima velocidad a la que navegan es a los 12 o 13 nudos por la condición de la máquina, pero el otro año con la repotenciación podrían tener un mejor rendimiento”.
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Acerca de la repotenciación, aseguró que ellas “tienen su diferente tiempo de funcionamiento, normalmente una máquina está para diez mil horas, después de las diez mil horas la maquinaria ya no le responde como debería ser”.
Los guardacostas Lempira y Francisco Morazán “salieron a dique en el 2017 y 2018. Ustedes pueden ver que todavía se conserva la pintura original de ese mantenimiento. Se programa un mantenimiento cada dos o tres años, es un mantenimiento preventivo y correctivo, puede ser que esté buena la estructura, pero nosotros tenemos que sacarla forzosamente para que se le dé el respectivo mantenimiento”.
Se hacen las coordinaciones con “Damen para que verifique todos los demás sistemas que necesitan en ese momento, calibración, y algunas pueden necesitar algunos repuestos que ya dieron su vida útil, por ejemplo, los radares que tienen los magnetrones que solo duran 300 horas”.
“Cuando se ha dañado el piloto automático ha venido el personal de Holanda a repararlo. A veces lo que más daño ha tenido es el equipo electrónico. Cuando a veces un radar se daña por el magnetrón, porque ya dio su vida útil, hay que cambiarlo. Y a veces cuando pedimos un repuesto a Europa eso nos lleva hasta seis meses (para traerlo), eso es una realidad”, dijo el inspector de la Naval.
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Según el oficial, todo mundo ve las patrulleras ancladas frente a la Base Naval casi todo el año porque “nosotros instalamos un sistema propio para ellas de toma de energía, para mantener la vida útil de los generadores”.
Una embarcación pasa “cinco o seis meses acá porque tenemos otras embarcaciones que salen a patrullar, por ejemplo, ahorita tenemos buque patrullero de alta mar, el VPA que está en misión en el paralelo 15”, agregó.
En cuanto al combustible para operar, Jesús Rivera expuso que cada embarcación agarra nueve mil galones, “no es fácil el acarreo del combustible, y eso solo le dura un mes de patrullaje. Ellas van al paralelo 15 frontera con Nicaragua y ahí se está un mes”.
Añadió que a veces es necesario apagar los motores para evitar “que las máquinas recalienten, si embargo, los generadores tienen que estar encendidos todo el tiempo”.
Según el contrato de arrendamiento, las Fuerzas Armadas se comprometieron a mantener “las embarcaciones, su maquinaria, pertenencias y estructuras en buen estado” y en condiciones operativas eficientes.