La publicación, que fue a la vez recibida con agradecimiento por parte de Medina, descata su trayectoria y su pasión por compartir el conocimiento. “Estoy muy agradecido por este reconocimiento publicado por The Lancet, al ser el primer centroamericano en recibir este reconocimiento en la historia de esta revista”, reveló Medina.
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“Con las vicisitudes de la vida, ni las riquezas ni la sabiduría lo son todo; es la alegría de compartir el mayor tesoro”, se puede leer en el encabezado de la publicación, un poema de la mano de Medina, y es que la entrevista resume precisamente el aporte del hondureño a la educación en el área médica.
The Lancet describe al hondureño como profesor, neurólogo, investigador, inventor, educador, miembro de la Federación Mundial de Neurología Regional, Director para América Latina y Chevalier de la Légion de Honor.
Además resume sus estudios en el Instituto de Neurología y Neurocirugía en la Ciudad de México donde estudió neurología clínica, su posterior incorporación al Centre Saint Paul y a la Universidad de Aix-Marsella en Francia para capacitarse en clínica neurofisiología.
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También destaca la posición de Medina como cofundador y presidente fundador de la Federación Panamericana de Sociedades Neurológicas, y como cofundador del
Programa de formación en Neurología en la UNAH, un rol que le ha permitido ser el
mentor de aproximadamente la mitad de todos los neurólogos capacitados en Honduras.
Marco Tulio Medina también ha participado como cofundador de la Academia Latinoamericana de Epilepsia, apoyó el inicio de la Fundación Hondureña para la Epilepsia y la Asociación Hondureña de Esclerosis Múltiple.
Todos estos servicios le han hecho acreedor del galardón de Caballero de la Legión de Honor otorgado por el presidente Emmanuel Macron en Francia el 3 de septiembre de 2018.
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Aquí la publicación íntegra de The Lancet
Su pequeño poema lo resume: “Nadie había compartido conmigo tanta información tan bien organizada, tan preparada y con tanta alegría, o con tanto placer genuinamente palpable en conocer a alguien nuevo con simpatía.Conoce a Marco Medina, profesor, neurólogo, investigador, inventor, educador, Federación Mundial de Neurología Regional Director para América Latina y Chevalier de la Légion d’Honneur, entre muchas otras cosas, pero sobre todo, y lo mejor de todo, un gran partícipe.
La historia de Medina parte de Tegucigalpa, Honduras, donde nació en 1959. Después de graduarse en Medicina por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), se trasladó al Instituto de Neurología y Neurocirugía en la Ciudad de México para seguir estudiando neurología clínica.
Tras lo cual se incorporó al Centre Saint Paul y la Universidad de Aix-Marsella en Francia para formarse en neurofisiología clínica.
Realizó sus estudios de posdoctorado en Epileptología pediátrica y del Adulto en la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos (EE UU), aunque Medina siempre tuvo a Honduras en mente.
“Siempre soñé con volver para poder ayudar a las personas con problemas neurológicos aquí en mi país y educar a otros”.
Medina cree que la educación es lo mejor que una persona tiene para aspirar y que, una vez que lo tienes, nadie la puede arrebatar. Pero puedes compartirlo con otros.
El ha estado haciendo eso a través de su posición como cofundador y presidente fundador de la Federación Panamericana de Sociedades Neurológicas, y como cofundador de la Neurología de formación en la UNAH.
Un rol que lo ha visto ser mentor de al menos la mitad de los neurólogos entrenados en Honduras. También cofundó la Academia Latinoamericana de Epilepsia.
“Educar a los demás es un deber que los que tenemos la suerte de tener los conocimientos necesarios no debemos eludir”, dijo. «Hay mucho honor en ser el maestro de alguien, y en el acto de enseñar a crecer tanto al que da como al que recibe”.
La entrevista dice que Medina también ha compartido su tiempo, apoyando la iniciación de la Fundación Hondureña para la Epilepsia y la Asociación Hondureña de Esclerosis Múltiple, grupos de pacientes en el que se comparten a su vez información, ayuda y esperanza.
Y a través de Honduras Global, una organización sin fines de lucro, también cofundador, espera vincular a investigadores destacados entre la diáspora hondureña para formar una red de conocimiento que promoverá el desarrollo científico y empresarial en el país.
“Honduras tiene problemas que solo pueden superarlo por cambios fundamentales en igualdad, transparencia, justicia, paz social y mejora de la economía de su gente. Tal vez a través de esta red podremos ayudar a traer a casa ideas que llevarán a la innovación y nuevas posibilidades que mejorarán la vida de las personas”, detalló Medina a The Lancet.
Medina ha compartido resultados de sus investigaciones con las personas, haciendo contribuciones al conocimiento de la genética de la epilepsia considerando que él y sus colaboradores han identificado diversos genes de epilepsia y de mutaciones; de neuroepidemiología con la creación del Programa Hondureño de Neurología.
De igual forma accidentes cerebrovasculares; neurocisticercosis, especialmente en la reducción de la epilepsia vía intervenciones comunitarias; el virus del zika para describir la polineuropatía sensorial asociada con esta nueva infección y el covid-19.
La publicación abarca que Medina se detuvo para recordar a Jesús Américo Reyes, a quien describió como su gran mentor durante sus días de universidad y quien perdió la vida a causa de la enfermedad anteriormente mencionada.
Fue para las contribuciones a ciencia como estas que Medina fue galardonado con el Chevalier de la Légion d’Honneur del presidente Macron de Francia el 3 de septiembre de 2018.
¿Y qué hay de esas riquezas en su pequeño poema que no son ¿todo? Ciertamente, Medina encuentra otro tesoro al donar la mitad de las regalías de su patente sobre el diagnóstico de epilepsia a la UNAH, ayudando a apoyar sus actividades de investigación.
Con todo este trabajo, se podría pensar que Medina no le queda tiempo para ver a los pacientes; sin embargo, tiene clínicas 4 días a la semana en el Centro de Investigación del Cerebro en Tepeyac, Tegucigalpa,
Aunque, en estos días de pandemia en particular, «estoy usando telemedicina” dijo. “Con el apoyo de mi hijo, también llamado Marco, un joven médico”. Incluso encuentra tiempo para leer y escribir un poco de poesía.
The Lancet habla también del amor de Medina por Tegucigalpa. Habiendo oído hablar de sus problemas de cultura de pandillas y el crimen, eventualmente me atrevo a preguntarle si es tan peligroso como sugiere la reputación.
«Ya sabes», dice, «he vivido en Ciudad de México, que tiene muchos peligros, en Marsella, hogar de French Connection, en Los Ángeles durante los aterradores disturbios de 1992, y he visto asaltos por motivos raciales en Londres.
Creo que Tegucigalpa también tiene dos caras, una feliz y la otra más oscura, menos agradable. Todas las experiencias son diferentes. Al menos caminaba a la escuela cada día, y luego a la universidad, a veces regresando tarde en la noche o temprano en la mañana, sin mucho que informar.
“Tegucigalpa es mi hogar, y es aquí donde terminaré mi mis días”, concluyó Medina y asía acaba la publicación de The Lancet.