Precisamente esa sencilla sala de espera -que originalmente era un módulo de la Unidad de Cuidados Intensivos- está en el hospital móvil comprado inicialmente para atender a los enfermos de covid-19 durante la pandemia a un costo de, al menos, 200 millones de lempiras.
No obstante, debido a que el millonario hospital móvil no posee la arquitectura básica para atender a pacientes positivos de la enfermedad, el inmueble se ha relegado solamente al funcionamiento para intervenciones quirúrgicas menores.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO recorrió los ocho vagones del hospital móvil de la capital hondureña que se usan para las atenciones médicas con el objetivo de bajar la incidencia en el Hospital Escuela (HE).
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Sus otros usos
Bautizado como hospital modular por ser un anexo del Hospital Escuela, en el centro móvil, con apariencia de primer mundo, solo se realizan cirugías de nivel intermedio.Este nuevo funcionamiento que se le da al hospital móvil es para que, por lo menos, opere en algo por consecuencia de que no funciona por lo que fue adquirido: atenciones covid-19, según la administración del HE.
Números en poder de la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus indican que de marzo de este año al 17 de agosto se han realizado 316 cirugías, de las cuales, el 75% han sido de ortopedia.
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Y, además, el anterior julio fue cuando se ejecutaron más intervenciones en la población, en total fueron 96.
Con base en los registros del hospital modular, la mayoría de intervenciones las realizan en los individuos que oscilan entre 26 a 35 años (con el 26%) que, según los especialistas de ese centro, se debe a los accidentes de tránsito de los motociclistas.
Durante el periodo antes estipulado en el reformado hospital móvil, predominan las atenciones a las mujeres, con el 60% de los casos.
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Algo no visto antes
Acostado en una imponente camilla mientras se llega la hora para iniciar su intervenido quirúrgica por una hernia que le brotó meses atrás, Francisco Ramos, de 67 años, siente satisfacción porque será operado en un novedoso hospital.“Eso no lo había visto nunca, solo por películas. Me hace recordar los hospitales de Estados Unidos”, expresó el hombre que justificó su operación: “Me tendrán que intervenir porque he sido alguien al que le ha gustado levantar muchas cosas pesadas”.
Lo que Francisco Ramos, natal de Tegucigalpa, no sabía es que el imponente hospital móvil, plagado de sensores y puertas eléctricas, era para asistir a todos aquellos que ocuparían oxígeno a alto flujo o estar en una UCI por la afectación del coronavirus en sus organismos.
“Es una lástima que tan bonito para nada”, considera.
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Para Flavia Hernández, saber que el hospital móvil de Tegucigalpa solo funciona para operaciones le provoca un resentimiento que implica dolor e impotencia.
“Mi hermano murió esperando un cupo de UCI. Si el gobierno hubiese sido decente tuviéramos hospitales decentes, pero como la prioridad fue robar, miles se están muriendo”, expresó.
Fue una imposición
El subdirector del Hospital Escuela, Franklin Gómez, aseveró que la operatividad del hospital móvil se debe en función del aprovechamiento que se le puede dar al centro.“No lo pedimos. A nosotros nos lo impusieron, entonces toca sacar lo bueno”, enfatizó.
El hospital móvil de Tegucigalpa es uno de los siete que adquirió el Estado para atender la crisis sanitaria del covid-19 a un costo de 1,200 millones de lempiras.
Inicialmente su capacidad era de 96 camas, pero en consecuencia de que la mayor demanda está en el Hospital Escuela, la mayoría fueron trasladadas, dejando unas 20 en ese centro para su funcionalidad diaria.
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