Tegucigalpa, Honduras
La presunta participación de una persona de confianza de la líder del Consejo de Organizaciones Indígenas de Honduras (Copinh), Bertha Lidia Cáceres es una de las lineas de investigación en torno al crimen de la dirigente indígena lenca y de movimientos campesinos, confiaron fuentes de entero crédito a EL HERALDO.
“Se esta investigando la posible participación de un joven menor de 20 años, quien era una persona de confianza de la fallecida”, indicó.
Cáceres fue asesinada a tiros en una casa de su propiedad en la colonia El Líbano, el La Esperanza, Intibucá, en hora de la madrugada de este jueves. Al momento del ataque se encontraba en el inmueble el dirigente ambientalista, mexicano, Gustavo Castro Soto, quien resultó con tres heridas de bala.
Las autoridades sospechan de la participación de alguien conocido debido a que ninguna de las puertas de acceso a la vivienda fue violentada, “lo que indica que la persona que cometió el crimen posiblemente tenía acceso a la casa, es decir que posiblemente tenía llave para abrir la puerta, pero eso está sujeto a confirmación”, dijo.
La fuente indicó que el crimen se produjo en la habitación de la ambientalista, quien recibió tres disparos en el pecho los cuales le causaron la muerte de forma inmediata. El cadáver de la fémina quedo en su habitación, a un costado de una cómoda, “puede ser que ella estaba despierta o que se levantó al escuchar que alguien abrió la puerta de su casa”.
Los criminales dieron por muerto al extranjero y salieron de la casa. Minutos después los vecinos y los encargados de la seguridad de la residencial llegaron a la vivienda y al verificar que el mexicano estaba con vida lo trasladaron a un centro asistencial, en donde permanece bajo el resguardo de elementos de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y la Dirección de Inteligencia del Estado.
En las diligencias investigativas también participará la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) y la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), lo que indica que todas las unidades investigativas tendrán participación en el caso.
Cáceres ganó el Premio Ambiental Goldman en 2013 por liderar una campaña que evitó la construcción de la represa hidroeléctrica en el Agua Zarca, en el río Gualcarque, Santa Bárbara.
La acción
En las primeras pesquisas realizadas por los cuerpos de investigación se indica que al menos uno de los participantes conocía muy bien la vivienda porque nada estaba removido.
“Llegaron solo para cometer el doble crimen”, consideró la fuente.
En el lugar se encontraron los seis casquillos de arma automática los cuales fueron embalados como evidencia. Los vecinos del lugar dijeron que la ambientalista no vivía en la casa, pero si llegaba ocasionalmente para asegurarse de que todo estaba bien. El crimen se produjo en la Residencial El Líbano, municipio de La Esperanza, Intibuca. En las últimas horas las autoridades han tomado las declaraciones del sobreviviente, del encargado de la seguridad de la residencial y de algunos vecinos que lograron escuchar voces y los disparos.
“Hasta ahora, los testigos oculares indican en que los victimarios andaban abordo de pick-up blanco, doble cabina del cual bajaron dos personas, dos hombres”, dijo la fuente.
Al mismo tiempo los testigos dieron algunos nombres de posibles sospechosos los cuales están siendo objeto de investigación.
Un guardia del seguridad declaró a las autoridades que “eran entre la 1:00 y 2:00 de la madrugada, cuando ingresó un carro blanco, doble cabina del cual se bajaron dos sujetos que ingresaron a la casa y después salieron corriendo de la casa, se subieron al carro y se fueron”.
Traslado
El reloj marcaba las 8:50 AM, cuando a bordo de un vehículo de Medicina Forense el cadáver de Bertha Cáceres fue trasladado de su vivienda en el municipio de La Esperanza, Intibuca hasta la ciudad de Siguatepeque, departamento de Comayagua, desde donde fue trasladado a la capital a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea Hondureña, llegando a la base militar a las 11:20 AM.
Personal de Medicina Forense se presentó en la instalación militar para hacer el transbordo del cadáver, este proceso se tardo 40 minutos, por lo que el cuerpo sin vida fue ingresado a la morgue del Ministerio Público a las 12:00 del mediodía.
Desorden
En la morgue se presentaron representantes de derechos humanos, grupos feministas, miembros de la comisión de derechos humanos del Congreso Nacional, diputados del partido Libertad y Refundación, entre otros.
Cuando el carro de Medicina Forense entró al garage del Instituto de Ciencias Forenses , había un enjambre de periodistas , fotógrafos y camarógrafos, por la aglomeración, impedían que el cuerpo de Bertha Cáceres, fuera sacado para practicarle la autopsia.
La directora de Medicina Forense, Julissa Villanueva, reclamó a los comunicadores que salieran del lugar para poder hacer el análisis del cadáver, pero su petición no fue escuchada
El comisionado, Roger Alberto Maradiaga, intervino en el asunto y advirtió que pediría refuerzos policiales para que pusieran en orden a los representantes de los medios de comunicación.
Luego el oficial pidió a los periodistas que hicieran una oración a Jesús para pedir por la paz de la nación y posteriormente se pudo sacar el cuerpo de Cáceres del vehículo
Mancharon
En un acto de condena los presentes elaboraron un pequeño altar frente a las instalaciones de la morgue. Sin embargo, se presentó un pequeño altercado luego que algunas personas comenzaron a manchar los portones de Medicina Forense por lo que uno de los guardias de seguridad les llamo la atención, pero fue agredido verbalmente y hasta intentaron golpearlo, por lo que salió a toda marcha del lugar.
Con lagrimas en sus ojos, varias de las mujeres indígenas lamentaron el crimen en contra de Cáceres y a una sola voz con sus compañeras pidieron al gobierno que se haga justicia y que el crimen no quede como una estadística más de la muerte de una mujer, de una dirigente indígena o de una defensora de los derechos humanos de los campesinos.
Exigieron que se capture a los responsables y que se esclarezcan los móviles del crimen, aunque afirmaron que la muerte de Cáceres es producto de sus luchas en beneficio de las comunidades indígenas y de los grupos campesinos.
Cuatro horas después, es decir a las 4:00 PM, el cadáver de la ambientalista y líder indígena fue entregado a su hermano Roberto Caceres, mientras que su madre, Austraberta Flores esperaba la llegada del cadáver de su hija en su casa en el barrio El Calvario, en el municipio de La Esperanza.