Un imperio forjado durante una década y valorado en mil millones de lempiras lo conformó una organización criminal hondureña integrada por cuatro personas, quienes lideraron el movimiento de droga con destino final a los Estados Unidos de América, controlando el 90 por ciento del trasiego de narcóticos vía aérea.
Se trata de la familia Rivera Maradiaga o mejor conocidos como Los Cachiros, dueños de una inmensa riqueza acumulada en bienes inmuebles, propiedades, empresas, cuentas bancarias, vehículos y que durante años se mantuvieron viviendo en el anonimato.
La banda integrada por los hermanos Javier Eriberto, Devis Leonel, Santos Isidro y María Lizeth Rivera fueron designados en 2013 por el Departamento de Estado de los EE UU como una peligrosa organización de narcotraficantes que operaba en el litoral atlántico hondureño, particularmente en los departamentos de Gracias a Dios, Atlántida y Colón.
'Los Cachiros es una organización violenta de tráfico de drogas en Honduras cuyos miembros reinvierten las ganancias de la droga ilícita en empresas y propiedades con el fin de ganar legitimidad pública y lavar su riqueza ilícita' destacó el director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, Adam J. Szubin.
Santos Isidro Rivera y Esperanza Caridad Maradiaga, padres de los hermanos Rivera Maradiaga, también fueron denominados como parte de la estructura, incluyendo el socio nicaragüense Bismarck Antonio Lira Jirón, quien fue arrestado en el 2012 y lideraba una célula de narcotráfico en su país.
De acuerdo a una fuente oficial, esta asociación ilícita era la encargada de abastecer de droga al cartel de Sinaloa, específicamente al capo Joaquín El Chapo Guzmán y Daniel El Loco Barrera, ambos tras las rejas.
El nombre de los Cachiros resonó de nuevo en Honduras, luego que esta semana se desarrollara una operación de aseguramiento de bienes contra un lugarteniente del grupo.
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Más de un centenar de bienes entre fábricas, viviendas hasta el reconocido zoológico Joya Grande ubicado en el municipio de Santa Cruz de Yojoa, departamento de Cortés, fueron asegurados y posteriormente incautados a Los Cachiros.
Además, las empresas Inmobiliaria Rivera Maradiaga S.A. de C.V., Palma del Bajo Aguán S.A, Ganaderos Agricultores del Norte S. de R.L. de C.V. y Minería Mi Esperanza fueron señaladas como sociedades usadas para el lavado de activos.
Decenas de nombres entre testaferros y lavadores están ligados a la banda criminal conforme a revelaciones de funcionarios del Departamento del Tesoro que hablaron bajo condición de anonimato a EL HERALDO hace tres años.
Entrega y caída
El supuesto líder de este cartel, Javier Rivera Maradiaga se entregó de forma secreta el 26 de enero de 2015 a una corte del estado de Florida, donde se declaró no culpable pese a que se le acusa de tráfico de al menos cinco kilográmos de cocaína a suelo estadounidense.
Mientras que su hermano Leonel Rivera Maradiaga -sobre quien pesa el mismo delito- se presentó a una judicatura de este país, sin especificarse los detalles.
Aunque existía solicitud de extradición hacia los Estados Unidos contra los encausados, estos negociaron sigilosamente su entrega para obtener así una reducción en su pena.
Ambos narcotraficantes salieron clandestinamente de Honduras y luego llegaron a Las Bahamas, donde los esperaban autoridades estadounidenses para trasladarlos a la nación del norte de América.
De acuerdo a reportes de órganos de inteligencia hondureña, uno de los miembros de Los Cachiros se practicó o intentó realizarse una cirugía plástica en México para cambiar facciones de su rostro, por cuya intervención quirúrgica se había pactado una cantidad de 50,000 dólares.
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Aseguramientos a socio
Al menos 15 aseguramientos de bienes efectuaron este jueves miembros de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) en conjunto con personal de la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado (Fescco), en el marco de la operación Aguán a Nirod Eniel Sierra Orellana, socio de Los Cachiros.
Las acciones se llevaron a cabo en los municipios de Tocoa, Iriona y Sonaguera, departamento de Colón, así como en la ciudad de La Ceiba.
Sierra Orellana es acusado por el ilícito de lavado de activos y considerado el lugarteniente a su vez hombre de confianza de este cartel.
Las incautaciones de bienes continuó este viernes cuando se aseguró el inmueble donde operaba el hotel Camelof, el cual fue vendido a una fémina por un precio menor al costo que tenía en el mercado, quien luego lo trapasó a otra persona y finalmente el tercer dueño se lo volvió a ceder a su anterior propietaria para hipotecarlo.
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