Italia, Roma
El ícono de Roma cuenta su propia historia, increíble y milenaria. Con una exposición que incluye maquetas, mármoles, fotografías y filmes, el Coliseo se abre al mundo.
La muestra, que abrió sus puertas al público la semana anterior, se denomina “Coliseo. Un ícono” y se desarrolla en el segundo piso del célebre anfiteatro romano, construido en el siglo I d. C., y uno de los monumentos más visitados del mundo.
Monumento mundial
El imponente edificio, que se localiza en pleno centro de la capital italiana y tiene ochenta filas de gradas y una arena para la lucha de gladiadores, tuvo un pasado glorioso por casi 500 años, que fue olvidado en la Edad Media y apreciado durante el Renacimiento, cuando era meta privilegiada de poetas, pintores y soñadores y, más tarde ícono del cine en el siglo XX.
Según un artículo de la Agencia AFP, el arquitecto Francesco Prosperetti, superintendente especial para el Coliseo, reconoce que la obra “ha tenido la capacidad de vestirse con trajes diferentes a través de su larga historia”.
“Fue un lugar del que sustraían y extraían indiscriminadamente todo tipo de materiales. Fue fortaleza, cantera y hasta hospital en el siglo XVI, quedan en las gradas marcas de los escudos de las familias nobles”, resume la arqueóloga Rosella Rea, una de las más reconocidas expertas del Coliseo.
“De todo ello han quedado huellas”, recalca Rea, quien contó que familias enteras residieron en su interior y que llegó a tener tiendas, carnicerías y en el siglo XVII los botánicos descubrieron que contaban con un huerto botánico con plantas exóticas.
Decenas de filmes lo ubican como un emblema de gloria y dolores de Roma.
El contenido
Y para ilustrar su extensa vida, los organizadores de la exposición decidieron en forma didáctica iniciar el recorrido con la espectacular maqueta realizada por Carlo Lucangeli (1790-1812), con capiteles, figuritas en bronce y carruajes en hueso.
Y es que, el Coliseo romano fue durante siglos una estación obligatoria para completar su formación, para estudiantes, artistas e intelectuales, en su mayoría del norte de Europa.
Muchos de ellos dejaron pinturas, poemas, libros y ensayos que se inspiran en el mayor ejemplo de la arquitectura romana y que ahora son mencionados en la muestra.
Copias de bocetos, planos, borradores de artistas como Pieter Brueghel el Viejo, Giuliano da Sangallo, Andrea Palladio, Diego Velázquez, forman parte de la exposición.
“Errando me quedé una noche en el claro de luna del Coliseo”, reza un escrito sobre un muro del poeta inglés Lord Byron al contemplar la grandiosa vista del monumento.
La exposición, que se divide en 12 secciones, cuenta también la transformación del Coliseo con el nacimiento de la arqueología en el siglo XIX, las primeras investigaciones sistemáticas, los objetos y piezas que quedaron enterrados, entre ellos el descubrimiento de la lápida Lampadius, también expuesta.
El símbolo de un imperio, “ donde los leones no se comían a los cristianos”, recuerda la curadora Serena Romano, sirvió para forjar el mito del martirio de los cristianos, alimentado siglos después por el cine, en particular por Hollywood.
Un ciclo de filmes en la Casa del Cine de Roma completará la muestra e incluye el colosal “Quo Vadis”, realizado en Italia nada menos que en 1913.
“Lo que queremos es que el Coliseo deje de ser una suerte de isla para el tráfico romano”, se lamenta Prosperetti, que aspira a administrar el enorme flujo de turistas.
Una advertencia para el Ministerio de Cultura, que lanzó este mes un concurso internacional para seleccionar al nuevo director del área arqueológica del Coliseo para los próximo cuatro años.
Un reto que marcará la historia del monumento en el siglo XXI.
El ícono de Roma cuenta su propia historia, increíble y milenaria. Con una exposición que incluye maquetas, mármoles, fotografías y filmes, el Coliseo se abre al mundo.
La muestra, que abrió sus puertas al público la semana anterior, se denomina “Coliseo. Un ícono” y se desarrolla en el segundo piso del célebre anfiteatro romano, construido en el siglo I d. C., y uno de los monumentos más visitados del mundo.
Monumento mundial
El imponente edificio, que se localiza en pleno centro de la capital italiana y tiene ochenta filas de gradas y una arena para la lucha de gladiadores, tuvo un pasado glorioso por casi 500 años, que fue olvidado en la Edad Media y apreciado durante el Renacimiento, cuando era meta privilegiada de poetas, pintores y soñadores y, más tarde ícono del cine en el siglo XX.
Según un artículo de la Agencia AFP, el arquitecto Francesco Prosperetti, superintendente especial para el Coliseo, reconoce que la obra “ha tenido la capacidad de vestirse con trajes diferentes a través de su larga historia”.
“Fue un lugar del que sustraían y extraían indiscriminadamente todo tipo de materiales. Fue fortaleza, cantera y hasta hospital en el siglo XVI, quedan en las gradas marcas de los escudos de las familias nobles”, resume la arqueóloga Rosella Rea, una de las más reconocidas expertas del Coliseo.
“De todo ello han quedado huellas”, recalca Rea, quien contó que familias enteras residieron en su interior y que llegó a tener tiendas, carnicerías y en el siglo XVII los botánicos descubrieron que contaban con un huerto botánico con plantas exóticas.
Decenas de filmes lo ubican como un emblema de gloria y dolores de Roma.
El contenido
Y para ilustrar su extensa vida, los organizadores de la exposición decidieron en forma didáctica iniciar el recorrido con la espectacular maqueta realizada por Carlo Lucangeli (1790-1812), con capiteles, figuritas en bronce y carruajes en hueso.
Y es que, el Coliseo romano fue durante siglos una estación obligatoria para completar su formación, para estudiantes, artistas e intelectuales, en su mayoría del norte de Europa.
Muchos de ellos dejaron pinturas, poemas, libros y ensayos que se inspiran en el mayor ejemplo de la arquitectura romana y que ahora son mencionados en la muestra.
Copias de bocetos, planos, borradores de artistas como Pieter Brueghel el Viejo, Giuliano da Sangallo, Andrea Palladio, Diego Velázquez, forman parte de la exposición.
“Errando me quedé una noche en el claro de luna del Coliseo”, reza un escrito sobre un muro del poeta inglés Lord Byron al contemplar la grandiosa vista del monumento.
La exposición, que se divide en 12 secciones, cuenta también la transformación del Coliseo con el nacimiento de la arqueología en el siglo XIX, las primeras investigaciones sistemáticas, los objetos y piezas que quedaron enterrados, entre ellos el descubrimiento de la lápida Lampadius, también expuesta.
El símbolo de un imperio, “ donde los leones no se comían a los cristianos”, recuerda la curadora Serena Romano, sirvió para forjar el mito del martirio de los cristianos, alimentado siglos después por el cine, en particular por Hollywood.
Un ciclo de filmes en la Casa del Cine de Roma completará la muestra e incluye el colosal “Quo Vadis”, realizado en Italia nada menos que en 1913.
“Lo que queremos es que el Coliseo deje de ser una suerte de isla para el tráfico romano”, se lamenta Prosperetti, que aspira a administrar el enorme flujo de turistas.
Una advertencia para el Ministerio de Cultura, que lanzó este mes un concurso internacional para seleccionar al nuevo director del área arqueológica del Coliseo para los próximo cuatro años.
Un reto que marcará la historia del monumento en el siglo XXI.