Bolívar, Venezuela
Son el reflejo de una tradición ancestral. Vestidas con elegantes trajes multicolores, turbantes y collares, decenas de mulatas de un pueblo minero del oriente de Venezuela llamadas las Madamas, fueron de nuevo las encargadas de abrir el Carnaval de El Callao, recientemente galardonado por la Unesco.
Con cantos religiosos a ritmo de calipso, se celebró la tradicional Misa de las Madamas, que da el banderazo de salida a la centenaria festividad de este pueblo, ubicado a 850 km al sureste de Caracas y cuya población de 21,000 habitantes se triplica con la masa flotante que llega de todo el país en busca de oro a esta zona del estado Bolívar.
“Estamos muy orgullosos. El reconocimiento de la Unesco nos compromete a seguir trabajando para engrandecerlo, no dejarlo caer pese a la situación del país”, dijo a la AFP la recién coronada reina de las madamas, Josefina Briceño, una secretaria jubilada de 63 años, con traje dorado y turbante rojo que resaltan el color negro de su piel.
Los sí y los no
Venezuela sufre una severa crisis económica y una desbordada criminalidad que golpea con fuerza a El Callao y a otros pueblos de esta región rica en oro, donde operan bandas de mafiosos que se dividen el control de las minas.
Como todo en el país, el carnaval tampoco escapa a la polarización política. El gobernador de Bolívar, Francisco Rangel, es chavista y el alcalde de El Callao, Coromoto Lugo, opositor.
A la misa asistió la ministra de Turismo, Marleny Contreras, esposa de Diosdado Cabello, uno de los dirigentes más poderosos del gobierno y representantes del Ministerio de Cultura, quienes entregaron a cultores del pueblo la distinción de la Unesco.
Pero más allá de la crisis y la política, la catarsis del pueblo empezó. Tras la misa, las madamas (del vocablo francés “madame” (señora), con sus trajes elaborados en finas telas y vivos colores, desfilaron por las calles del pueblo bailando calipso.
Esas mujeres, que recuerdan a las antillanas de habla francesa e inglesa que atendían las casas de los mineros, son los principales personajes del carnaval, junto con los diablos que resguardan las comparsas con látigos y enormes máscaras de cuernos y colmillos. El carnaval realza la fusión cultural de este pueblo fundado a mediados del siglo XIX por venezolanos, africanos, antillanos, ingleses, españoles, brasileños y franceses que exploraban la zona, rica en oro.
Tradición
Haciendo honor al carácter multiétnico y multicultural del Venezuela, el Carnaval de El Callao fue declarado el pasado 1 de diciembre Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Las Madamas representan a las matronas y “jóvenes en edad de casamiento”, que conformaron la sociedad de esta población minera en pleno apogeo de la explotación del oro a mediados del siglo XIX.
La historia las ubica como damas afrodescendientes en su mayoría (aunque también las hubo de origen indio y trinitario), provenientes de las colonias británicas y francesas de las Antillas que, junto a sus esposos, se radicaron en El Callao, donde muchas compañías extranjeras explotaban las inmensas reservas de oro presentes en su subsuelo.
La mezcla de costumbres entre criollos y foráneos, así como la combinación del idioma inglés, francés y castellano, dieron origen a nuevas formas de manifestación cultural, las cuales se mezclan en el carnaval, que celebra 170 años de vida.