TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Para Centroamérica su ruta como territorio independiente del Imperio Español no inició tras la proclama de Independencia el 15 de septiembre de 1821, porque a casi cuatro meses del hecho se anexó a México.
La decisión respondió a intereses particulares y desarticuló el plan que se había trazado de realizar un congreso constituyente de las provincias de Centroamérica, que debía reunirse el 1 de marzo de 1822 para determinar bajo consenso la forma de gobierno del naciente Estado centroamericano.
Pero los planes del emperador mexicano Agustín de Iturbide de anexar a Centroamérica a México cambiaron el rumbo de esa historia convulsa, que dejó aún más a la deriva el proyecto de una Centroamérica independiente.
La anexión
Señala el historiador Guillermo Varela que la anexión de Centroamérica a México respondió a dos razones: las ambiciones de Iturbide de ampliar el territorio de México y la consideración de los criollos de que anexarse a México “ofrecía mejores probabilidades de control, que les aseguraba a ellos la estabilidad de su grupo social a través de una nueva autoridad que sustituía de manera natural a España”.
México era el virreinato, “la unidad administrativa del imperio más grande de América, entonces de alguna manera no era tan traumático el cambio, y estos criollos pretendían seguir igual con el control interno de las provincias a nivel económico y ahora a nivel político, mediante ese pacto que estarían suscribiendo dentro del imperio de Iturbide, y siendo parte Centroamérica dentro de ese imperio mexicano”, detalla el historiador.
Iturbide tenía dos vías para cumplir su propósito: una pacífica y una violenta. La primera respondía al apoyo del llamado Clan Aycinena, que tenía como jefe de la familia a Mariano de Aycinena.
Esta familia tuvo mucho poder en Guatemala, ostentó el monopolio comercial en la última etapa de la colonia española y lo mantuvo posteriormente, y era tanto que también influyó directamente en esa anexión.
Pero si la anexión no se daba por acuerdo, Iturbide amenazaba con invadir el territorio con su tropas.
Explica Varela que la diferencia entre el Imperio Español y el Imperio Mexicano era que el primero era un imperio de estilo monárquico absoluto y el segundo una monarquía parlamentaria.
Esto por influencia de la Revolución Francesa, cuando Napoleón Bonaparte difundió por Europa a principios del siglo XIX que el soberano no era un rey, sino el pueblo, que tiene el derecho a elegir y delegar ciertas autoridades, “que el mismo pueblo escoja el gobierno, que será limitado por una serie de principios normados por escrito, que vamos a conocer con el nombre de Constitución, y a la vez la división del Estado en poderes: ejecutivo, legislativo y judicial”.
Por esta razón, “los centroamericanos tuvieron el derecho a formar parte del Parlamento de México, y uno de sus representantes fue José Cecilio del Valle, que estuvo apenas un mes, porque fue apresado acusado de traición”, dice el historiador.
¿Qué sucedió durante la anexión?
Varela dice que fue un periodo inestable. Al sumarse los centroamericanos al Congreso constituyente, estaba en camino la elaboración de la Constitución.
En ese punto, José Cecilio del Valle genera una gran impresión por su conocimiento del derecho y la economía, y es nombrado para liderar la comisión que redactaría la primera Constitución de México, además fue electo vicepresidente del Congreso mexicano, “pero el Congreso tiene muchas fricciones con el emperador Iturbide, y finalmente sus informantes le hacen ver que hay un grupo de conspiradores que lo quieren derrocar, y le dan una lista, donde equivocadamente o con mala intención aparece el nombre de José Cecilio del Valle”, que estuvo preso por seis meses en un convento.
Dos meses después de apresar a sus conspiradores, “Iturbide disuelve el Congreso y México pasa de ser una monarquía constitucional o parlamentaria a una monarquía absoluta, lo que hoy entenderíamos como una dictadura, sin mayores controles, pero duró poco”, señala Varela.
El proyecto de anexión fracasó porque a lo interno se movían intereses políticos, económicos y sociales diferentes.
Valle fue liberado por orden de Iturbide, quien termina ofreciéndole el puesto de canciller y ministro del interior, él lo rechaza pero el emperador no acepta su respuesta y termina ejerciendo las funciones por unas pocas semanas, porque la debilitada situación de Iturbide lo obliga a abdicar al trono el 20 de marzo de 1823 e irse al exilio, “entonces los mexicanos reorganizan el Estado y le dan a los centroamericanos la opción de independizarse de México”.
Y fue entonces, el 1 de julio de 1823, cuando Centroamérica declaró su segunda independencia, también conocida como independencia absoluta, y la república se proclamó como Provincias Unidas del Centro de América, convocó a la Constituyente encargada de redactar la Carta Fundamental, y retomó la ruta que había abandonado en enero de 1822.
Y así Centroamérica se rige bajo el precepto “que las expresadas provincias, representadas en esta Asamblea, son libres e independientes de la antigua España, de México y de cualquier otra potencia, así del antiguo como del nuevo mundo, y que no son ni deben ser el patrimonio de persona ni familia alguna”.
¿Qué pasó tras la segunda Independencia?
Centroamérica aprobó su Constitución el 22 de noviembre de 1824 y se definió como un Estado federal, “esa es la principal consecuencia de la desanexión”, refiere el historiador Guillermo Varela.
Pero siempre los diferentes intereses políticos, sociales y económicos jugaron en contra del éxito de la federación.
En la primera elección presidencial el triunfo se le negó a José Cecilio del Valle (Honduras) y el Congreso determinó que Manuel José Arce (El Salvador) asumiera la presidencia.
Tras esto Arce dio golpe de Estado en 1826, ese mismo año invadió El Salvador y Guatemala, en 1827 invadió Honduras y derrocó a Dionisio de Herrera.
Ese mismo año Francisco Morazán lo derrotó en la Batalla de la Trinidad.
Y así la Federación tuvo guerras civiles entre 1827 y 1829. Finalmente la guerra civil de 1837 a 1840 destruyó la Federación.
Honduras declaró su separación de la Federación el 26 de octubre de 1838 y la confirmó el 5 de noviembre del mismo año, 17 años después de proclamada la Independencia de España.
Francisco Morazán se fue al exilio y después regresó a Costa Rica, donde fue fusilado el 15 de septiembre de 1842, casi 20 años después de que Centroamérica firmara su segunda Independencia.