TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los cachos se fueron por cínicos con ¿pocas cosas buenas? ¡Sí! ¿Muchas impunes? ¡Sí! Nueva pila de ricos dejó inseguro al Seguro Social. Con pandemia, inflaron y robaron.
Saltó al trono Xiomara Castro quien de odiar el derroche azul visó la compra colosal de seis helicópteros (latas de oro). ¿No había dinero? El pisto, dicen sus serviles, es de los chafas y no de Salud Pública. El chiste se cuenta solo.
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Los despedidos hace un año se perdieron en lo parejo. Se endiosaron tanto que se atontaron, se creyeron no solo eternos, sino “perfectos”. No oían, sintiéndose universales, voces disonantes regando pisto constante a sus picos de oro diestros en hablar y ladrar lata como ratas. De “Mel” Zelaya a la fecha es una mecha de léperos que siguen activos robando y dilapidando.
VENA
Con circo y sin pan, nadie es garante de su mal andar. Los de antes y los entrantes así se atragantan. En la llanura se pintan redentores y en el sillón son lavadores. Nos venden “ruina”, porque el país es su mina. Hacen creer a sus afines que los malos, los mentirosos, los infieles, los ladrones y los asesinos, entre hilo de malnacidos son otros(as) (incluye rivales). ¿Nos “gobiernan” narcisistas?
El padre del psicoanálisis Sigmund Freud (en 1914) divulgó su ensayo titulado “Introducción al narcisismo” y definió que a los individuos con este trastorno les fascina ser adorados. Portan hipocresía con finura, difícil de percibir o descubrir. “Es el complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de autoconservación”, dijo Freud. Están camuflados en familias pobres y ricas.
De interés: Artículo de Octavio Carvajal: La mara de Xiomara
Miles, muchos o pocos inquirirán ¿qué le pasa a este sujeto que escribe estas sandeces?, o ¿qué carajo tiene que ver lo dicho por Freud con lo que nos pasa a los hondureños? Sencillo, los narcisistas son como las ratas, pululan en el rincón menos esperado. Su maldad está en la vida de otros, por envidia, egoísmos o codicias, según sus entornos y sus intereses. Se inspiran creando conflictos.
SOLAPA
Aquí en todas las arenas nos respiran y nos burlan los narcisistas. Los que hoy rigen, igual, a su gusto, se vendieron castos, tirados del cielo, riñeron el pus y el dispendio cacho con una ira solapada en rostros con apariencia de buenos y piadosos siendo otra tropa de latosos, sin afectos, que ven a sus víctimas como pinches objetos para desatar sus más bajos instintos.
Vivimos cercados por un mar de narcisos con esa doblez en la que miles -sin percibirla- caen en su oscuro anzuelo. Dan migas a cambio de ganar pasiones y apegos, caras facturas para sus rehenes. Critican todo en su deseo por dominar personas o masas. Con poder no aceptan ni la crítica sana, le huyen, a menos que les eleve su ego. Jamás se arrepienten de los daños causados ni piden perdón.
+El artículo de Octavio Carvajal: Soberano pajazo
Así llegaron los cachos, así se fueron y hoy sufren los efectos de su andar. No solo estaban ciegos, sordos y mudos, sino cautivos en esa cápsula de encomios tirados por propios y cercanos y por cierta prensa cuyos héroes también tienen sello narcisista. Hoy ellos, mañana ellos y siempre ellos. Los más dignos, los más creíbles e irremplazables. Nuestro sistema perverso anda a lo inverso.
VUELOS
Libre, con su guía “Mel” Zelaya, estuvo en las calles desde junio de 2009 acusando y exigiendo castigo para los azules. Con Xiomara Castro en el podio, Zelaya intuye que los cachurecos siguen jodiendo al pueblo. Mientras repite y jura que “no hay pisto”, el mando de su esposa luce los mismos lujos, gravosos gastos y más deudas tallando hijos, esposas, nueras, tíos, hermanos y “el mamón soy yo”, ¿verdad, Toti?
Sin cambios, sin “pisto” y se compran, emulando a los cachos, más latas, esta vez no son “hospitales móviles”, sino seis helicópteros que no son prioridad. Dos vienen urgentes. Otros cuarenta millones de dólares cacareando “no hay pisto” y nos empeñan más. ¡No!, dicen en redes falsas, se saca del bolso militar y cada ente tiene su pisto, pero antes era malo lo que hoy justifican sin razón.
Además: Artículo de Octavio Carvajal: Divorcio de narcisistas
Más ricos a punta del mal. Los latosos son falsos. Familiones del narcisismo nos hablan de caos económico tirando reservas y los préstamos en comprar latas de oro para el paseo de sus periquitos por el aguacate y sus linderos. A veces la cárcel es nadería cuando los malandros sufren una muerte infeliz, tormentosa y en silencio. “En el nombre del padre, del hijo...” cuando es con tu pisto.