Tegucigalpa, Honduras.- Con un título deliberadamente provocador, el Dr. Marco Sikaffy irrumpe en el debate poscovídico con su libro "Covid-19: un cuento chino, ¿víctimas del virus o del miedo?".
Lejos de tratarse de una mera crítica superficial, el libro constituye —en palabras de su autor— “un manual para evitar futuras pandemias, concientizando al lector de qué pasos tiene que hacer para no caer en el juego en que caímos”.
Desde una postura decididamente disruptiva, el médico hondureño-estadounidense cuestiona los pilares del discurso hegemónico que acompañó la emergencia sanitaria de 2020, al punto de afirmar que “la pandemia fue falsa”.
Y lo hace sustentado en su experiencia clínica, por años de estudio en medicina integral, y por una filosofía médica que se distancia de lo convencional para abrazar una visión holística, donde “el cuerpo, la mente y el alma deben tratarse en conjunto”.
Un médico que desconfió desde el inicio
Su escepticismo no nació de un capricho profesional. En marzo de 2020 —cuando el caos comenzaba a extenderse por la región—, Sikaffy asegura haber tenido acceso a un informe de patólogos alemanes que, tras realizar un estudio con cien autopsias, no encontraron evidencia concluyente que vinculara directamente las muertes al virus.
Este tipo de hallazgos, sumados a la confusión generada por los protocolos, diagnósticos y los intereses económicos —de unos cuantos— en juego, lo llevaron a cuestionar abiertamente el discurso oficial. “Sí, este es un libro de protesta en contra de lo que nos indujeron en la pandemia”, sostuvo en su charla con EL HERALDO.
Una de sus críticas más vehementes se dirige a la prueba diagnóstica más usada durante la crisis: la PCR (reacción en cadena de la polimerasa).
“La PCR es una prueba falsa”, afirmó, citando al propio creador del test, Kary Mullis, Premio Nobel de Química en 1993: “La PCR se debe utilizar con motivos de investigación, pero nunca con motivos de diagnóstico”.
La consecuencia, según el médico, fue un cúmulo de resultados erróneos. “Toda persona que salía positivo en el PCR también fue catalogada como infectada por el virus. Determinar que porque alguien tenía el virus o murió de esto, es saltar a una conclusión falsa”.
¿Y las vacunas?
Uno de los capítulos más controversiales del libro está dedicado a las vacunas. Para el autor, la prisa con la que se aprobaron las fórmulas contra el covid-19 puso en entredicho su seguridad.
“Una buena vacuna necesita entre 10 y 30 años para probarse antes de aplicarse de forma segura”, afirmó, agregando que “las vacunas no fueron verdaderas, sino algo experimental”.
Más allá de las críticas, Sikaffy propone una alternativa de salud preventiva, basada en la coherencia entre valores y decisiones cotidianas; “la salud es el bien más preciado. Y uno tiene que ser coherente con eso”, por tanto, él mismo da testimonio de esta congruencia, revelando que no se vacunó, atendió a pacientes con síntomas y PCR positivo, sin llegar a enfermarse ni siquiera de un resfriado.
El miedo como agente patógeno
Para el entrevistado, la narrativa del miedo operó como un vector más letal que el propio SARS-CoV-2, porque “los químicos, a mi juicio, contaminan el cuerpo y el miedo contamina el alma”.
Esta sentencia solo resume su tesis central de que fuimos más víctimas del pánico que del virus. Y es aquí donde su mirada cobra mayor profundidad.
“El virus es parte de un proceso de curación igual que las bacterias”, afirmó, retomando un principio de la medicina natural.
Su enfoque integral se ancla en una visión orgánica y energética del cuerpo humano. “Las enfermedades comienzan en la mente, luego se manifiestan energéticamente y después materialmente”, explicó.
Esta triada le permite sostener que los virus no son pro muerte. Definió que "son ARN (ácido ribonucleico) y ADN (ácido desoxirribonucleico), por ende, son provida”.
Hacia una medicina integral
Graduado en medicina, pero formado también en procesos de alimentación, desintoxicación, salud mental, entre otros; Sikaffy no se reconoce como especialista en nada. ¿La razón? “Cuando usted se especializa en algo es como alguien que estudia un árbol, pero pierde de vista el bosque”, explicó.
El también investigador reivindica, por tanto, una medicina integrativa, donde la escucha, la autoobservación y la prevención sean pilares insoslayables.
En coherencia con su mirada que une cuerpo, mente y alma, el autor reveló que su segundo libro —ya en proceso— abordará de forma más profunda las raíces del miedo humano y las técnicas para enfrentarlo.