Si la Policía de Tránsito hiciera el papel concreto de castigar a miles de infractores, en Tegucigalpa y San Pedro Sula bajaría el número de percances viales y no habría tanto embotellamiento vehicular. El que tenga oídos que oiga.
De cerca hemos venido viendo y analizando algunos hechos de parte de la Policía de Tránsito que en lugar de mermar el tráfico vehicular en llamadas “horas pico”, más bien lo atora y lo vuelve una extrema locura al saturar las calles con agentes mal adiestrados. Parecen loros dando vía debajo de semáforos en buen estado. Si no ayudan pues que no joroben.
En Tegucigalpa y San Pedro Sula, las ciudades con mayor número de automóviles, pululan incontables policías mediando para “agilizar” la circulación, pero está claro que el remedio sale peor que el dolor. En fin, el conflicto se agrava cuando los tocapitos –muchas de ellas mujeres- no entienden cómo desenredar las zonas donde hay más carros.
Leños
Son más leños al fuego. Honduras tiene aproximadamente 1,700,000 carros, de los cuales 700 mil rondan en la capital y 400 mil en la ciudad industrial. No cabe duda de que Tegucigalpa está y sigue mejorando el aumento de su infraestructura. Empero –igual que San Pedro Sula- su parque vehicular sube junto al paso rústico de sus choferes.
Sin el mínimo afán de vejar, el comisionado Gerson Onán Velásquez –a quien conocimos en 1998 siendo ayudante de campo del entonces jefe de Casamata, Manuel Álvaro Flores Ponce- ha sacado a las calles, sobre todo en la atribulada capital de la República, un mar de Policías. Son meros novatos que en lugar de destrabar turban mucho más el tráfico.
Muñecas
Hemos visto –nadie nos ha contado- hasta cinco mujeres policías “dando vía” en un solo cruce de calle con efectos desastrosos. Toman el pito sin sentido. Se ven como niñas con juguete. Alivian un lado y saturan otro u otros. Sinceramente son un total estorbo en horas que el tráfico arde por doquier. Todo mundo se vuelve loco con locas tocapitos.
Caos total sin verse la mínima solución ni mucho menos maña en numerosos agentes de la Policía de Tránsito, que tontamente salen de sus módulos para ser otra tranca más en las agitadas calles y avenidas de las vitales urbes del país. Como dice un cantante guatemalteco en una de sus canciones, “aquí no es bueno el que no ayuda sino el que no jode”. ¿Para qué diseminar agentes si los semáforos “inteligentes” o normales andan bien? Los políticos nos tienen al revés y, de remate, Tránsito nos pone patas arriba. Si por un lado nos tupen miles de vehículos, esta rama de la Policía nos fastidia, atasca arterias sin ninguna urgencia. Señor Velásquez, Tegucigalpa y San Pedro Sula no son Islas de la Bahía.
Papos
Estas dos ciudades alojan, repetimos, el mayor número de carros a nivel nacional y usted lo sabe. Por tanto, mande a sus policías a penar a miles de conductores (de taxis legales y brujos, buses y particulares) que se estacionan en sitios prohibidos, sobre las aceras, no respetan las bahías, les vale un pito el pito de ustedes. ¿Se hacen los papos por las coimas? A diario, a cada momento, oímos miles de quejas de que sus subalternos están donde no deben y si aparecen el desbarajuste es insoportable, al grado que medio mundo se saca la madre y, a veces, hasta se va a los puños enloquecido por el atoramiento provocado por la autoridad. Los mamarrachos jamas resuelven nada nunca, está probado.
Pompas
Ahora nos habla de colocar drones para acelerar el paso vehicular. ¿Servirían estos lujos de avanzada si envía policías a ponerse de barriles en lugares donde no urgen? Analice bien si con el “novedoso estudio” logran soltar el pesado tráfico automotriz con hilo de agentes que no castigan a malos choferes que también son reales trancas en las calles. En la medida que la Policía de Tránsito sancione severamente a abusivos pilotos de vehículos de todo tipo, el atoramiento de carros bajará. La incultura o el abuso debe castigarse sin vacilar. El que violenta leyes sabe lo que hace, así que no envíe estorbos, sino soluciones. Mande a policías avispas, no moscas muertas. Cuánta razón tuvo el extinto periodista Jonathan Roussell cuando dijo: “Si usted manda a un tonto a hacer un mandado, el mandado sale tonto”. Puro sentido común, ¿No creen?