Siempre

La lectura hace del idioma un universo de experiencias

Leer enriquece el vocabulario y ayuda a emplearlo apropiadamente, pero además permite descifrar y crear mensajes, acceder a todos los conocimientos y vivir otras realidades
19.04.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Leer es para la mente lo que el ejercicio físico es para el cuerpo”, decía el escritor inglés Joseph Addison. Entonces, si la lectura fuese un hábito inculcado con prontitud y cultivado con el tiempo, tiene sentido pensar que lengua, habla y norma conjugarían con más familiaridad.

Como antesala al Día del Idioma Español, que se conmemora cada 23 de abril, vale la pena rescatar el valor de las historias respecto al sinfín de experiencias que heredan entre quienes las descubren a través de líneas, esas que emanan de los buenos libros.

Por supuesto, las palabras y su significado van más allá de ser hilos conductores. Conversando con el poeta y gestor cultural Salvador Madrid, hay consenso cuando se sugiere que leer es la herramienta pilar para enriquecer el vocabulario.

Sin embargo, “leer es asomarnos a un universo y no una actividad reduccionista de descifrar significados y acumular bodegas de palabras. Estos últimos años jugando a leer con los niños me han enseñado que leer es crear”, introduce.

“Cuando se lee un texto no solo se entiende; se crea, incluso con un poder mayor al de la persona que lo escribió. Leer es un estado generoso que transmigra lo textual y se inserta en la totalidad de la vida. ‘Leer me regresó mi nombre’, ‘Leer me protegió’, ‘Leo para ser feliz’, ‘Supe que era poderosa cuando leí’, ‘Puedo porque leo’, ‘Leer me quitó la humillación’... son algunas de las miles de frases de niñas y niños que escuché de los últimos diez años”, añade.

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Porque sí, el idioma es distintivo de identidad y pertenencia, y la lectura es necesaria para aprender a escribirlo, a hablarlo, a utilizarlo apropiadamente. El detalle es también entender que “el sentido cognitivo de la lectura, la serie de procesos lógicos, memorísticos y analíticos que se activan cuando los ojos se deslizan entre las palabras son apenas resortes de un proceso mayor donde te conectas al mundo interior y exterior, a lo conocido y a lo desconocido”, puntualiza el escritor.

Hay que aprender a conocer la riqueza del español dependiendo de la región, incluso en el tiempo. Adentrarse en la literatura hondureña es una oportunidad de hacerlo.

Comprender y luego elegir...

Miguel de Cervantes Saavedra aludía que “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. Y es que cualquiera con la intención de que su imaginación se despliegue al lado de su aprendizaje, se permitirá a sí mismo transportarse a realidades distintas en cualquier momento, lugar y circunstancia.

Pero hay que poner atención...“Lo que llamamos comprensión lectora es la capacidad de percibir un significado guardado en una palabra o frase. En este sentido, la persona que lee tendrá un poder mayor de descifrar mensajes o de crearlos. Esto brinda una gran ventaja, y es que prácticamente tienes en tus manos todas las llaves para acceder a todos los conocimientos, porque llegas a conocer tu idioma y el saber está vivo dentro de ti mismo”, explica Madrid.

Y no hace falta ser un adulto o dimensionar los encantos de la lectura dentro de una formalidad innecesaria para dejarse atrapar.

“En el caso de los niños he descubierto que la comprensión lectora está conectada con la afectividad y con la intuición, es decir, ellos leen lo que les gusta o aman. Son los lectores más auténticos y desinteresados que conozco, por eso hay que crear espacios de lectura llenos de historias atractivas y evitar la sola lectura mecánica o academicista”, reflexiona.

Entonces, ¿toda lectura es buena para el hábito o hay que saber elegirla? El poeta esclarece que todo placer atrae, gusta y emociona; la cuestión es que cada quien elige sus placeres y los vive a su modo.

“Yo no soy un puritano de la lectura, y no condeno ni estigmatizo a quien empieza a leer, simplemente lo celebro. Conozco grandes lectores que comenzaron con Chéjov, otros con el almanaque Bristol; otros con las novelas de Lafuente Estefanía, otros con cómics de superhéroes. Lo importante es comenzar a leer y disfrutar el hábito. Luego, en la medida que se avanza, se tomará esa conciencia que nos dará mayor libertad para elegir cuál será nuestro universo de lectura”, apunta.

Nuestro español

El Día del Idioma Español puede ser, además, un recordatorio de que nuestros pueblos han hecho sus propios aportes respecto a palabras y conceptos que hoy en día siguen enriqueciendo ese vocabulario con el que acompañamos la cotidianidad. Hemos adoptado, pero también hemos construido.

“Debemos aprender a conocer la riqueza del español dependiendo de la región, incluso en el tiempo. En Honduras tenemos un español hermoso que se refleja en nuestra literatura, donde podemos encontrar los giros populares, la jerga, el aporte de las lenguas indígenas y negras. Creo que debemos enamorarnos de nuestro español y también conocer el lenguaje de los pueblos nativos y negros”, resalta el poeta.

Cultivar nuestra identidad como hondureños a través del idioma es una posibilidad abierta que invita a la participación. “Hay que leer a los autores nacionales, viajar y descubrir las variantes del español, crear nuestra propia literatura infantil, integrar las bibliotecas Blue Lupin al sistema de educación porque su metodología es vital para fundar el hábito de la lectura desde una óptica lúdica y comunitaria, y, sobre todo, no enseñar a leer, sino jugar a leer, que son dos cosas diferentes”, sugiere.

La mejor técnica de animación lectora, según el poeta Salvador Madrid, es el ejemplo, y este debería nacer en casa.

Técnicas para todos

Por otra parte, la oportunidad de compartir esas aventuras, discernir entre opiniones, expandir conocimientos y toda experiencia que la lectura regala a quienes se adentran en ella, hace que la intención de replicar el hábito sea cada vez mayor.

Salvador Madrid asegura que la mejor técnica de animación lectora es el ejemplo. “Si nuestros hijos, alumnos o amigos descubren nuestra emoción al leer, seguro se acercarán para descubrir la maravillosa audacia de hacerlo. Con los niños hay que jugar a crear con jitanjáforas, teatralizar lecturas, dibujarlas, hacer juegos de busca palabras. Mi última técnica de animación lectora fue cocinando con un grupo de niños, leímos la comida, contamos historias y comimos, luego fuimos al libro: todo fue demasiado fácil y divertido”, recuerda.

“Hay muchos libros con técnicas de animación lectora y muchos ejemplos en la red, aunque yo siempre digo que lo mejor es crear nuestras propias técnicas y no tener miedo a hacer locuras. Lo importante es evitar que leer sea un niño pegado a un pupitre con los ojos fijos porque eso es castigo. Creo en las técnicas de animación lectora que nos sacan del pupitre, del aula e incluso de los libros”, concluye el gestor.