LEPATERIQUE, HONDURAS.- El creciente mercado de las drogas, y por ende el número de consumidores, y el alto consumo de bebidas alcohólicas son los factores en los que radican los conflictos sociales de los últimos años en el agrario municipio de Lepaterique.
Ayer, en medio de mucha consternación, cuatro familias y gran parte de este pueblo sepultaron a cuatro jovencitos, asesinados la noche del martes en pleno casco urbano.
EL HERALDO dialogó con sus pobladores y sostienen esta tesis sobre los males que enfrenta su pueblo.
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“Lo que se ha visto últimamente, hace unos dos años, es gente que empieza a consumir drogas, hay consumo de drogas”, aseveró Juan Francisco Vásquez, un comerciante local.
“Mire, en el pueblo ha afectado bastante la existencia de un montón de estancos, muchos jóvenes ahora beben hasta los días de semana, incluyendo que hay bebidas clandestinas”, aseguró otro colono que prefirió el anonimato.
El mercado de las drogas
Gran parte del mercado de las drogas en Lepaterique está centrado en los operarios de mototaxis que prestan el servicio en el centro del pueblo y buses interurbanos que viajan hacia la capital de la República.
De acuerdo con las hipótesis policiales, la masacre habría sido perpetrada por pandilleros de la 18, en una franca pelea con la Mara Salvatrucha (MS-13) por quedarse con el prolífico mercado de droga en esa nueva plaza para el ilegal comercio. Ante esto los familiares de las cuatro víctimas negaron rotundamente que los muchachos tuvieran vínculos con alguna mara o pandilla.
“No, ellos eran muchachos estudiantes, trabajadores, ellos andaban metidos en cosas de fútbol, pero nada de pandillas, nada de lo que se dice”, aseguró doña Mary Galo, madre de Marlon Fernando Gúnera Galo.
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Denia Servellón, hermana mayor de Elvin Gustavo Servellón Servellón, otra de las víctimas, manifestó que “él nunca nos dijo que tuviera algún problema, ni sabíamos que alguno de ellos tuviera orden de captura y menos en cosas de pandillas”.
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Los restos mortales de Marlon Fernando Gúnera Galo (21) y Garardo Antonio García Martínez (20) fueron velados juntos en el salón de un hotel, mientras que Elvin Augusto fue velado en la que fue su casa de habitación en el barrio San Andrés, y Arnol Fauricio Escoto Martínez (18), también en su residencia, en el centro de Lepaterique.
Toque de queda en Lepaterique
Para el sacerdote José Antonio Esquivel, párroco de la iglesia Apóstol Santiago de Lepaterique, “no son hechos aislados, la violencia se viene dando de una u otra manera, a veces en el hogar, esto es la culminación de toda una cadena de problemas que tenemos”.
Derivado de la masacre, las autoridades edilicias de este municipio decretaron un toque de queda a partir de ayer. “Es primera vez que esta municipalidad emana una ordenanza un poco fuerte, radical, pero tuvimos que hacerlo y ahorita la población lo ha visto a bien, nos han dicho que van a colaborar”, expresó el edil
Óscar Sánchez.
El clase I de Policía Óscar Ramírez, jefe policial de Lepaterique, explicó que el día del suceso “cayó una denuncia al 911 que andaba un grupo de jóvenes causando daño en espacios públicos; los policías se desplazaron al sector de La Tinta, en ese momento fueron alertados de los disparos, pero al llegar al lugar solo encontraron a los jóvenes
muertos”, detalló.
El sepelio de los cuatro jóvenes se llevó a cabo alrededor de las 2:30 de la tarde, en el cementerio municipal de Lepaterique, ante la presencia de la multitud que clamó y exigió justicia.
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